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23 de noviembre de 2024
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Gobierno italiano metió presa a capitana que llevó refugiados
Lo decidió el poderoso viceprimer ministro Matteo Salvini, que la consideró como "enemigo número uno" de los italianos. Polémica abierta
30 de junio de 2019
En el marco de la profundización del nacionalismo en Italia que hace temer por la profundización del neofascismo que aún anida en crecientes sectores de ese país, se abrió una polémica de proporciones por el trato a los inmigrantes. Fue una pelea desigual entre la capitana alemana Carola Rackete y el ministro del Interior y viceprimer ministro Matteo Salvini, que la considera “el enemigo número uno” de los italianos.

Carola, de 31 años, tras disputar varios días en el mar con los barcos de las autoridades que le impedían entrar en el puerto de Lampedusa con 43 prófugos africanos a bordo, al alba decidió que era suficiente y lanzó la nave de la ONG alemana “Sea Watch 3” a la boca del puerto.

Lo hizo mientras naves de las autoridades trataban de impedirle el acercamiento del buque con los desesperados.

Al parecer, se produjo un roce con un pequeño barco de la Guardia de Finanzas en el momento en que Carola, que piloteaba la nave de la organización de derechos humanos que ha rescatado mucha gente en el Mediterráneo, logró atracar en uno de los muelles.

Policías y agentes de seguridad subieron de inmediato al Sea Watch, mientras los 40 prófugos que quedaban a bordo (dos fueron desembarcados anteanoche por razones médicas) comenzaban a ponerse en fila para desembarcar, auxiliados por personal sanitario.

Oficiales de la Guardia de Finanzas (la policía tributaria, muy activa en las zonas fronterizas), arrestaron en la cabina de comando del barco que lleva bandera holandesa, a la capitán Rackete.

La justicia la acusa de violación del artículo 1100 de del código de navegación: resistencia o violencia contra nave de guerra, un delito que prevé una pena de tres a diez años de reclusión.

Entre el griterío de apoyo a la mujer de numerosas personas reunidas en el muelle y los contrarios de grupos que apoyaban a Salvini y su decisión de cerrar los puertos italianos a los migrantes clandestinos, herramienta central de su campaña electoral, un grupo de policías llevó a la joven capitana Carola a una camioneta.

Mientras tanto, a bordo de la Sea Watch el personal policial comenzó las tareas de secuestro de la nave. Los veinte tripulantes de la nave humanitaria, cuyo destino judicial se desconoce, recibieron después la orden de abandonar el puerto con la nave y esperar a dos millas de distancia, vigilados por otros barcos de la marina y fuerzas de seguridad en un despliegue de seguridad que parecía excesivo para el caso que se trataba. Cinco países europeos (Francia, Alemania, Portugal, España y Luxemburgo), ofrecieron ya hacerse cargo de una parte o de la totalidad de los prófugos. El 12 de junio, la Sea Watch 3 socorrió a los 53 migrantes que estaban naufragando en aguas de Libia, un país en guerra interna y grave crisis económica, que fue colonia de Italia y tiene aun hoy una fuerte dependencia de Roma.

Gracias a varios permisos de desembarco por razones médicas que recibió en estas casi tres semanas, el número de migrantes a bordo se había reducido a 40.

La capitana Rackete dijo que decidió abandonar las aguas territoriales italianas y forzar el ingreso al puerto de Lampedusa, en el extremo sur italiano frente a las costas africanas, “porque estos seres humanos necesitan ser asistidos”.

El comportamiento de Carola ha montado grandes polémicas pero sobre todo mucha solidaridad de los grupos progresistas europeos que sostienen que el continente tiene responsabilidades históricas en las desgracias de los países del norte africano.

La ONG a la que pertenece la capitana está recibiendo una lluvia de donaciones para continuar su lucha y contribuir a la defensa de la muchacha. La capitana Carola explica así su comportamiento: “Nací rica, soy blanca, alemana, tengo el pasaporte justo y tres laureas universitarias. Me siento en el deber de ayudar a la gente que está en una situación peor que la mía”.

La capitana es una experta piloto de naves y hasta dirigió un rompehielos de investigación científica marina en el Polo Norte.

El público europeo espera que Carola siga conquistando el interés y la admiración con sus acciones en favor de los migrantes necesitados de asistencia en el Mediterráneo, un desafío político serio para Salvini.