El artefacto estaba enterrado en un campo. Estalló y dejó un cráter de cuatro metros de profundidad
La Segunda Guerra Mundial sigue deparando algunos misterios y situaciones por demás insólitas, porque ahora una bomba que estaba enterrada en Alemania estalló y dejó un cráter de cuatro metros de profundidad en un campo de maíz cercano a la ciudad de Limburgo en el estado federado de Hesse, situado en el centro-oeste del país.
Según la Policía, la explosión fue provocada al parecer por un detonador químico de larga duración y provocó un cráter de cerca de cuatro metros de profundidad. La bomba pesaba 250 kilogramos.
Los especialistas en desactivación de explosivos confirmaron por la forma del cráter que la explosión procedía de una bomba.