Fernández apoyó a De Vido
Dijo que "no está en ninguna situación particular" por el caso Skanska y que es "un ministro de primer nivel"
17 de mayo de 2007
Luego de que el presidente Néstor Kirchner decidiera echar a dos hombres del Ministerio de Planificación, involucrados en el caso Skanska, el Gobierno salió a despegar al titular de la cartera de las acusaciones.
El encargado de hacerlo fue el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien aseguró que Julio De Vido no se encuentra "en ninguna situación particular" tras el desplazamiento del titular del Enargas, Fulvio Madaro y del gerente de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa.
Además, le dedicó fuertes elogios: "es un funcionario de primer nivel y tiene que tomar las decisiones que corresponden", halagó.
Añadió que si los funcionarios cuestionados pr la Justicia dependieran de su ministerio, él "tomaría la misma decisión".
De todas maneras, la decisión de echar a Madaro y Ulloa fue del presidente Néstor Kirchner, que formalizó la determinación a través de un decreto.
Por otra parte, el ministro del Interior defendió la determinación de separar a los funcionarios antes de que actúe la Justicia.
"Es cierto que el Gobierno debiera sostener a sus funcionarios hasta que se demuestre lo contrario", admitió el ministro en alusión a la presunta responsabilidad de Fulvio Madaro, titular del Enargas y de Néstor Ulloa, gerente de Nación Fideicomisos respecto de las coimas presuntamente pagadas al Gobierno para la construcción de los gasoductos del Norte y del Sur.
Pero, en seguida, explicó los motivos de la decisión presidencial que se formalizó anoche a través de un decreto: "ocurre que en este país se han cometido desmanes feroces a partir de que los funcionarios se han amparado en sus cargos", justificó.