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La inflación de Brasil fue de sólo 3,75% en 2018
Los expertos creen que esto le permitirá a Bolsonaro un margen de maniobra mayor para su política económica. La Argentina cierra en un 46%
11 de enero de 2019
Para envidia de la Argentina, la inflación en Brasil se mantuvo en 2018 bajo control (3,75%), un dato que alivia la presión sobre las tasas de interés en el primer año de gestión del presidente Jair Bolsonaro, confrontado al desafío de reactivar la economía.

El índice IPCA estuvo levemente por encima de las previsiones del mercado (3,69%), pero quedó por debajo del centro de la meta oficial, que para el año pasado era de 4,5% con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo.

La inflación de 2018 se vio influenciada especialmente por los gastos en productos y servicios de los grupos Vivienda (+4,72%), Transportes (4,19%), Alimentación y Bebidas (4,04%).

El dato debe servir al nuevo gobierno de Bolsonaro para mantener su tono optimista en relación a la economía, tras prometer un amplio plan de ajuste fiscal y privatizaciones comandado por el ministro Paulo Guedes, que cuenta con la simpatía de los mercados.

También debe alejar la posibilidad de un aumento a corto plazo de la tasa básica de interés, que se halla en su mínimo histórico de 6,5% desde marzo.

El presidente del Banco Central, Ilan Goldfajn, celebró el resultado ajustado a la meta oficial, pero advirtió que mantener la inflación bajo control es "un trabajo continuo".

"La continuidad del proceso de reformas y ajustes necesarios para la economía brasileña es esencial para mantener la inflación baja en el medio y largo plazo, para la caída de la tasa de interés estructural y la recuperación sustentable de la economía", afirmó este viernes durante un evento público del BCB en Rio de Janeiro.

De acuerdo con la serie histórica del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), se trata de la segunda menor inflación anual desde 2006 (3,14%). La de 2018 fue 0,8 puntos porcentuales superior a la de 2017 (2,95%), que había perforado el piso de la meta con su menor valor en dos décadas.

Según los analistas, la baja inflación todavía refleja en parte la lenta actividad económica del gigante sudamericano, que atravesó por dos contracciones consecutivas de su PIB de 3,5% en 2015 y 2016.

En 2017, el crecimiento fue de apenas 1% y las estimaciones del mercado se sitúan en 1,3% para 2018 y 2,53% en 2019.

"Venimos de una recesión tan fuerte que las personas simplemente no tienen dinero para consumir", explica Camila de Caso, economista de la consultora Necton, de Sao Paulo.

De Caso sostiene que el índice de 2018 habría sido incluso menor si Brasil no hubiese sido sacudido por una huelga de camioneros que paralizó el país e hizo saltar la inflación acumulada a doce meses de 2,86% en mayo a 4,39% en junio y 4,48% en julio.