Tras el anuncio de 376 suspensiones en Aerolíneas Argentinas a raíz del cese de tareas sorpresivo del 8 de noviembre último, los gremios aeronáuticos anunciaron un paro por 24 horas para el 26 de noviembre próximo, justo en la semana clave en que se realizará la cumbre de presidentes del G20.

Esa cumbre inédita se hará entre el 30 de noviembre y el primero de diciembre próximos, pero buena parte de las delegaciones de la organización están llegando con varios días de anticipación.

El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, dijo que Aerolíneas Argentinas "está en su derecho" de aplicar sanciones.

Las suspensiones son de entre 10 y 15 días (las más prolongadas fueron por abandono de trabajo).

"Las sanciones más largas corresponden a quienes hicieron abandono de trabajo", informó la compañía. Durante ese período, el empleado no cobra el salario correspondiente.

Si bien la medida de fuerza ya fue anunciada en conferencia de prensa en Aeroparque, Rubén Fernández, de la Unión del Personal Superior (UPSA), dijo que los sindicatos buscan "dialogar y solucionar esto pacíficamente". No obstante, Fernández advirtió que el del lunes es "el primer paso, porque vamos a realizar otras medidas".

Dijo que el reclamo es por un "tema salarial por incumplimiento del acta firmada el año pasado y por negarse a negociar la actualización de la nueva paritaria".

La sanción que había aplicado Aerolíneas había sido por abandono o retención de tareas durante las medidas de fuerza que paralizaron más de 200 vuelos el 8 de noviembre, según fuentes oficiales.

Los empleados suspendidos son de las áreas de Tráfico (mostradores), contact center, rampa, mantenimiento y pilotos.

El único sector que quedó afuera fue tripulantes de a bordo (azafatas), porque ese día no participaron de la asamblea.

Es que los tripulantes hicieron asambleas el viernes 2 y el viernes 16, en tiempo acotado y avisando en días previos.
Los gremios de pilotos (APLA y UALA), así como el personal de tierra agrupado en la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), los técnicos de APTA y la Unión del Personal Superior (UPSA) habían convocado a una asamblea a partir de las 7:00 de aquel día.
Eso se transformó en una medida de fuerza de 11 horas de duración, lo que obligó a la compañía a cancelar 258 vuelos, afectando a más de 30.000 pasajeros.