Es lo que habitualmente ha venido haciendo en las causas por corrupción en las que está apuntada. Pidió que la militancia no vaya a Comodoro Py
A pocas horas de la indagatoria ante el juez federal Claudio Bonadio por el caso de los cuadernos de las coimas, la expresidenta Cristina Kirchner les pidió a sus seguidores que no se movilicen mañana a los tribunales de Comodoro Py para respaldarla y arremetió contra el gobierno de Mauricio Macri. Se espera que este lunes vuelva a presentar un escrito y no acepte preguntas, como ha venido haciendo en todas las causas por corrupción en las que está apuntada, y de las cuales se viene escapando gracias a sus fueros como senadora nacional.
"Mañana lunes voy a presentarme en Comodoro Py, como lo hice ante cada requerimiento judicial. A lxs compañerxs que querían movilizarse para acompañarme, les pido por favor que no lo hagan", escribió en las redes sociales.
"Pongamos todo nuestro esfuerzo y energía en acompañar y ayudar a aquellxs que la están pasando muy, pero muy mal, en esta verdadera catástrofe económica y social que es el gobierno de Macri", agregó. La expresidenta deberá declarar en el marco de la causa por los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, el número dos de Julio De Vido.
Centeno registró el mecanismo que utilizaba el kirchnerismo para cobrar coimas a los contratistas del Estado y la mayoría de las pruebas la colocan como jefa de una asociación ilícita.
Los exfuncionarios kirchneristas y el grupo de empresarios ligados a la obra pública que fueron detenidos están acusados de ser parte de una asociación ilícita.
Según la investigación, los exfuncionarios se dedicaban a recorrer la ciudad en busca de bolsos llenos de dinero que entregaban los contratistas de la obra pública.
Lo recaudado en esas recorridas, según figura en el expediente, se llevaba al domicilio particular del matrimonio Kirchner, en las calles Juncal y Uruguay, en Recoleta; a la Quinta de Olivos o las oficinas de la Jefatura de Gabinete.
Carlos Wagner, uno de los empresarios arrepentidos, dio detalles sobre el reparto de la obra pública entre las empresas del sector y reconoció que existió un mecanismo de retornos y coimas a los exfuncionarios.
El extitular de la Cámara de la Construcción durante el kirchnerismo dijo que devolvían hasta un 20% del total del costo; no habló de aportes para las campañas políticas.
La declaración de Wagner, uno de los empresarios favoritos de Cristina, no fue la única que comprometió a la expresidenta.
El exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina admitió ante la Justicia que instruyó a su secretario para que recibiera bolsos con dinero.