El Congreso y ministerios de Nación y Ciudad firmarán el martes próximo el convenio para destrabar las obras. Ya comenzó la limpieza
Tras la creación de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino a principios de julio, previa transferencia del inmueble al Congreso de la Nación en enero pasado, el proyecto para restaurar la histórica confitería cerrada desde 1997, arranca.
En las últimas semanas el edificio fue visitado por diputados y legisladores que conforman el equipo de trabajo, y también, por arquitectos que documentaron y fotografiaron el estado de sus instalaciones.
Fuentes que ingresaron a la confitería contaron que los techos y las paredes están descascarados; faltan sanitarios, herrajes y apliques; resta fumigar desde la planta baja hacia abajo; y el tercer subsuelo está completamente inundado.
Por haber estado cerrado tanto tiempo, hay mucha humedad y alguno de sus ambientes fueron usurpados, pero la semana pasada fueron desalojados los últimos ocupantes.
Las mismas fuentes aseguraron además que las tareas de limpieza ya está en marcha, una empresa titánica para un inmueble de unos 6.000 metros cuadrados.
Sin embargo, por el complejo panorama de la histórica confitería, es diícil dimensionar el tamaño de los trabajos que demandará su puesta en valor.