Adiós a Sergio Marchionne, el emblema de la FIAT
25 de julio de 2018
El emblemático expresidente de Fiat, el ítalocanadiense Sergio Marchionne, que dirigió por 14 años Fiat Chrysler Automoviles (FCA) y la salvó de la quiebra, murió hoy en una clínica suiza, sumiendo a Italia en el duelo.
"Con gran tristeza anunciamos la muerte de Sergio Marchionne", informó el grupo Exor, de la familia Agnelli, en un breve comunicado.
"Lamentablemente, sucedió lo que temíamos. Sergio Marchionne, el hombre, el amigo, se fue. Pienso que la mejor manera de honrar su memoria es seguir construyendo sobre la herencia que nos deja, cultivar sus valores de humanidad, responsabilidad y apertura moral", afirmó el presidente de Exor, John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, figura histórica de Fiat.
Poco después de conocerse la noticia, la cámara de diputados de Italia celebró un minuto de silencio en homenaje a Marchionne, hospitalizado desde finales de junio en Zúrich tras someterse a una operación en un hombro.
Marchionne sufrió varios complicaciones posoperatorias y el viernes su estado de salud se deterioró bruscamente, por lo cual Fiat reunió de urgencia a sus instancias dirigentes para reemplazarlo en los puestos ejecutivos que cumplía en el grupo.
"Es un momento muy difícil y muy triste para nosotros", confesó a la prensa el británico Mike Manley, quien le sucedió el sábado al frente de FCA .
El empresario, de 66 años, que al parecer sufrió una embolia que le provocó daños cerebrales irreparables mientras se sometía a una operación de sarcoma en el hombro, era un emblema para el sector del automóvil tras haber impedido la quiebra de la legendaria multinacional italiana.
El ejecutivo, que llegó a la compañía italiana en el 2004, era un hombre original por su estilo, alérgico al uso de corbata, siempre con jersey, amante de la música jazz y dispuesto a aplicar un plan drástico que exigió austeridad y despidos.
"Deja un vacío en todos aquellos que han conocido y apreciado sus cualidades humanas, intelectuales y profesionales", declaró el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.
"Escribió una página importante de la historia de la industria italiana (...), demostró al mundo la capacidad y la creatividad del sector manufacturero de nuestro país", agregó.
- "Lo mejor de Italia" -.
Gran parte de la clase política le rindió homenaje y recordó su franqueza y su cultura anglosajona, al haberse criado en Canadá, lo que irritaba a algunos.
"Italia pierde no sólo a su ejecutivo más brillante, sino también a una figura ejemplar, que representa lo mejor del italiano: el deseo de trabajar, el hombre concreto, serio y preparado, dotado de visión y capaz de mirar hacia el futuro. La Italia que no teme competir", comentó el magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi.
"Me hubiera gustado verlo como primer ministro", agregó.
En las plantas de Fiat, así como de Ferrari en Maranello, las banderas estaban a media asta y todas las líneas de montaje se detuvieron por 15 minutos en homenaje al empresario fallecido.
La mayoría de los sindicatos elogiaron su inteligencia, liderazgo, carisma y energía, aunque algunos reconocieron que fue "un negociador difícil".
"Era un gran administrador, pero también un hombre con una gran humanidad", aseguró monseñor Cesare Nosiglia, arzobispo de Turín, cuna de Fiat.
En 14 años transformó profundamente a la Fiat, primero al enderezar las cuentas y luego al lograr la fusión en 2009 con la estadounidense Chrysler, en quiebra y rescatada por el entonces presidente Barack Obama, con el que congenió para lograr la exitosas operación.
El sábado, ante su muerte inminente, el grupo designó rápidamente al sucesor y este miércoles confirmó la presentación de los resultados trimestrales, muy decepcionantes.
FCA tuvo que reducir sus objetivos para 2018 después de la caída del 35% de sus ingresos netos en el segundo trimestre, a 754 millones de euros.
La acción de FCA registraba una perdida de casi un 8% a mitad jornada .