El equipo falló a la hora de marcar en bloque. Otamendi hizo un buen partido pero no alcanzó para evitar el gol de Islandia en medio de rebotes
La defensa fue el punto más débil de la Selección argentina, ya que mostró fisuras cuando Islandia atacó, sobre todo en el primer tiempo.
Ante Islandia se desnudó la gran fragilidad de la defensa argentina.
El ordenado equipo islandés tuvo media docena de situaciones de gol ante el arco de Caballero, y no todas fueron por la vía aérea, el gran temor que había en la cabeza de Sampaoli sobre los europeos. A los 7 minutos, Marcos Rojo (le ganó su lugar entre los titulares a Fazio en las últimas semanas) perdió de vista a Alfred Finnbogason pero el islandés definió elevado. Fue un aviso. A los pocos segundos, una mala salida del mismo defensor argentino casi termina en gol rival. Lo evitó Willy Caballero.
Pese a las transiciones lentas, cada vez que Islandia atacó, lastimaron a una última línea que tuvo a Eduardo Salvio improvisado como lateral derecho, a Otamendi, Rojo y Tagliafico. A los 23 minutos, el gol de Islandia confirmó los temores.
Pese a que el error inicial es una pérdida de Lucas Biglia, la defensa no ofreció garantías. Primero, Caballero resolvió un centro cruzado a Bjarnason, luego la pelota cruzó todo el área hasta el otro sector y nadie defendió. Tagliafico perdió a Sigurdsson, quien pateó y tras el rebote del arquero argentino, ningún defensor reaccionó.
Es cierto que no sufrió en el juego aéreo como se intuía en la primera parte pese a los envíos desde el lateral, pero a la última línea argentina se le dificultó cada vez que Islandia cruzó la mitad de la cancha.
A un minuto del final de la primera parte, Caballero le sacó el gol nuevamente a Finnbogason, quien en la última jugada del primer tiempo remató desviado ante otra aproximación.