Una grabación de audio certifica la existencia de un dramático episodio por el cual casi chocan, y que sólo la maniobra desesperada de un piloto lo evitó por 20 segundos
El ex piloto Enrique Piñeyro y las asociaciones de Pilotos, Personal Técnico Aeronáutico y Controladores Aéreos presentaron hoy un audio que probaría la
"cuasi colisión" entre dos aviones ocurrida el lunes último en el límite entre las provincias de Buenos Aires y Córdoba.
El audio consiste en una comunicación telefónica en la que la controladora Karina Leban le cuenta lo sucedido al suboficial Carlos Torres, instructor del área de Controladores de la subestación Ezeiza.
Durante la escucha, difundida por el ex piloto Piñeyro, la mujer explica que el Boeing 767 de United Airlines, donde viajaba el ministro del Interior, Aníbal Fernández, estuvo "a cuatro millas y media de distancia" de la aeronave de la empresa Andes.
"Si tenemos en cuenta que los aviones viajan a ocho millas por minuto, podemos decir que estuvieron a 20 segundos aproximadamente de chocar", explicó el director de la película "Fuerza Aérea SA" durante una conferencia de prensa realizada este mediodía en la sede de APLA.
Esta grabación fue dada a conocer un día después de que la controladora Leban, junto con su compañera Silvina Videla, declararan ante el juez federal Norberto Oyarbide, quien se encuentra a cargo de la investigación.
En sus testimonios ante la Justicia, ambas controladoras negaron que haya ocurrido el supuesto incidente y aseguraron que las dos aeronaves estaban a una distancia de "70 kilómetros" una de la otra.
"Mirá, yo voy a decir la verdad. Yo no sé si apretaron a alguien para que diga que vio otra cosa", se escucha decir a Leban durante su diálogo telefónico con el instructor.
"Lo que yo me pregunto es cómo puede una persona cambiar su testimonio cuando en el audio le dice una cosa totalmente distinta a su instructor", cuestionó hoy Piñeyro.
Ante Oyarbide, Leban había explicado que "no se dio en ningún momento una situación de cuasi colisión, en todo momento existió una separación reglamentaria; además de la separación vertical, también existía una separación longitudinal".
Según la comunicación teléfonica mantenida por Leban y su instructor Torres, el hecho existió.
Piñeyro indicó que el incidente se produjo por una descoordinación importantísima entre las subestaciones de Córdoba y Ezeiza, en el traspaso del avión de United.
La aeronave de la empresa estadounidense estaba siendo controlada por la subestación Córdoba, que la da orden de hacer una espera en el punto "hisopo", por donde tenía que pasar a las 8:52 (hora argentina) y llegó diez minutos antes.
El avión de Andes tenía que pasar por esa misma posición a las 8:55, y el control de Ezeiza tenía el plan de dejar pasar al United sin espera, para mantener la diferencia de tres minutos que los separaban.
En una primera escucha, Piñeyro destacó la presencia de un tercer avión, perteneciente a la empresa Austral, que hacía las veces de "traductor" entre Córdoba y los pilotos del vuelo de United.
"El United le está preguntando si aparte del problema del radar hay algún otro inconveniente. ¿Me puede confirmar eso?", preguntó el piloto de Austral, aunque no recibió respuesta desde Córdoba.
La explicación que dio Leban a su instructor fue que ella estaba "manejando" al avión de Andes, ya que el United, una vez dentro de la órbita de Buenos Aires, estaría a cargo de Silvina Videla.
Ambos aviones estaban a 35.000 pies, por lo que los controladores bonaerenses y cordobeses acordaron bajar la altura de las aeronaves.
Pero ambos mandaron a los aviones a 33.000 pies, mientras el de United continuaba girando y el de Andes avanzaba peligrosamente hacia su posición.
Cuando la controladora Leban vio esta situación, el de United estaba a 34.000 pies, y el de Andes se encontraba a 33.400.
"Pelotuda, se parten, paralo al 847 (vuelo de United), traelo y pasámelo", pidió desesperadamente Leban a su compañera de turno en ese momento.
El Boeing 767 realizó ese brusco freno, pero su ángulo de giro alcanzó los 33.700 pies, y es así que los aviones estuvieron sólo a 300 pies (100 metros) de distancia vertical, cuando la separación mínima estipulada debe ser de mil metros verticales y
cinco millas longitudinales.
En el diálogo telefónico, Leban le explica al instructor Torres que "hubo un palo", lo que representaría la figura de la "cuasi colisión", según interpretó Piñeyro ante la prensa.
Por su parte, se denunció que tres controladores y un jefe de torre que se desempeñaban en su mayoría en la subestación Ezeiza fueron puestos "en comisión" por la Fuerza Aérea.
"Los apellidos de los damnificados son Paredes, Pedraza, Popovich y Andújar. Son compañeros que mantienen un duro enfrentamiento con la Fuerza y ésta los ´sacó del medio´", explicó a la agencia Noticias Argentinas Juan Pappalardo, de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico.