Tras una extensa negociación, Estados Unidos acordó con la Argentina exceptuarla de los aranceles al aluminio y al acero que impuso en todo el mundo. Pero impondrá un cupo para la cantidad de toneladas que el país podrá exportar. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, anunció que el país "logró condiciones muy ventajosas" con relación a otros que también le venden a Estados Unidos.
La fórmula que el Gobierno norteamericano le impuso a Corea, por ejemplo, fue que podía seguir exportando -sin pagar arancel- por un 30% menos del promedio despachado durante los últimos tres años.
Argentina, en cambio, logró una ecuación diferente. En acero, podrá despachar 180.000 toneladas, lo que supera en 35% el promedio de los últimos tres años, que fue de 130.000 toneladas. En aluminio, también podrá vender sin pagar arancel otras 180.000 toneladas, lo que es casi el promedio de los últimos tres años.
"Los promedios de los últimos tres años nos impactaban negativamente. Trabajamos en una fórmula especial, en un número negociado para nosotros", explicó Cabrera. Las exportaciones de acero y aluminio rozan los US$ 700 millones anuales. En 2017, las de acero fueron de 200.000 toneladas, pero se trató de un año "excepcional".
"La producción de acero de 2015 y 2016 fue baja por la crisis energética y falta de gas que impactó a los productores. Pudimos plantearle eso al gobierno estadounidense y lo entendió", dijo Cabrera.
Las empresas locales -Ternium y Aluar- podrán despachar 180.00 toneladas de acero sin pagar arancel. Es un 10% menos que en 2017. En aluminio, también se trata de 180.000 toneladas, pero se venía de un pico de 260.000 toneladas, un 30% menos.
"Las empresas van a quedar muy satisfechas con este acuerdo. En acero, estamos exportando tubos sin costura, cuyo precio es de entre US$ 1.700 y US$ 2.000 por tonelada, muy superior al colchón de acero, que es el producto más básico", detalló Cabrera, que entiende que el vínculo entre Argentina y los Estados Unidos es "muy bueno".
"Hay buena relación entre los presidentes, pero también entre los equipos de trabajo", agregó Cabrera, que negoció con Robert Lightlizer, representante comercial de los Estados Unidos, aunque también habló del tema con Wilbur Ross, secretario de Comercio de los Estados Unidos. "No habrá nada a cambio", aseguró el funcionario. No habría que esperar que alguna categoría de producto estadounidense acceda al mercado argentino por este acuerdo del acero. "A la Argentina le importan las inversiones de empresas estadounidenses que crean empleo", dijo Cabrera. El próximo mojón en la relación bilateral comercial podría pasar por la carne.