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21 de noviembre de 2024
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Reparar los destrozos tras la marcha por Maldonado costará $ 5,8 millones
El anarco-lumpenismo copó la desconcentración de la protesta y se dedicó a romper todo lo que hallaba a su paso. Muchos decían: "Que se jodan los porteños por apoyar a Macri"
2 de septiembre de 2017
Por José Calero

A la Argentina plata no le sobra, pero nada de eso le importa a los anarquistas y lúmpenes que se dedicaron a vandalizar todo lo que pudieron, sobre todo en la avenida de Mayo, cuando anoche avanzaba la desconcentración de una multitudinaria marcha para pedir por el artesano Santiago Maldonado.

Muchos que no participaban de los actos vandálicos los aplaudían graciosamente (tal vez por aquel razonamiento mezquino de que "cuanto peor, mejor, a ver si la Jefa vuelve rápido").

Luego estos 'revolucionarios de café' se trenzaron con damas y caballeros que salían de ver una obra en el teatro Avenida y ni esperaban enfrentarse con la anarquía. Personas cuyo mayor pecado era haber ido a ver una obra vestidos para la ocasión. Nada demasiado raro.

Las caras crispadas (sacadas) de muchos manifestantes radicalizados -incluso la del que absurdamente le pedía perdón a una supuesta novia mientras lo metían en un patrullero-, se parecían a la de aquel sujeto de campera negra que semanas atrás no dudó en partirle un tubo flurorescente a un movilero de TN, por la espalda claro. Fue detenido, ya está libre.

Su imagen captada segundos después de la 'hazaña' reflejaban crispación, la misma que se ve a diario en calles de todo el país, justificándola en que Mauricio Macri, un millonario de cuna de oro, gobierna la Argentina, en lugar que en la Casa Rosada esté una señora gritona que los despreció durante toda su carrera política, los usó, y ahora simula ser una gatita mimosa para ver si puede arañar unos votos entre los que la detestan.

Los agitadores intelectuales habituales acompañantes del 'relator del relato' se apuraron en explicar que la inteligencia macrista había infiltrado la protesta para generar un caos que les conviniera electoralmente. Son un clásico de la pseudoizquierda: cuando comprenden su error ya es tarde, pero nunca lo admitirán, porque al fin de cuentas todo vale con tal de llegar al poder. Sea echarle la culpa al imperio, a Mark Zuckerberg, o a Antonia, si pudieran).

Lo cierto es que la "jodita" anarco lumpen le costará unos $ 5,8 millones a los contribuyentes porteños. Los mayores daños se produjeron en las fachadas de la Catedral, el Cabildo y los comercios sobre la avenida de Mayo.

Eso no incluye los daños provocados a vecinos que tienen la mala suerte de vivir sobre Piedras, San José o la propia Avenida de Mayo, entre otras arterias de la zona.

Una idea sería poner a los vándalos a pintar, aunque sea para que aprendan el valor del trabajo.

En detalle, los gastos serán 1,7 millones en limpieza e higiene urbana, más el reemplazo de 30 cestos papeleros, 21 contenedores nuevos y la reparación de 25. En la recuperación de los espacios verdes intervenidos que incluye nuevas luminarias, bancos, baldosas, nivelación de contrapisos, plantas y flores, el costo total es de $2,6 millones. La limpieza de graffitis de persianas, fachadas, puestos de diarios, paredes, que llevará varios días, tendrá un costo total de $1,5 millones. El kirchnerismo dirá que es nada, comparado con la lucha de "los pibes para la liberación".

Por los destrozos, 30 personas fueron detenidas -si hubiese una Justicia valliente en la Argentina pasarían unos cuantos meses tras las rejas, pero la mayoría sadrá rápido, aún con el 'dictador' Macri en la Rosada.

Quedarán imputados de "intimidación pública, atentado y resistencia a la autoridad". Nada en una Argentina donde los que se robaron varios PBI siguen dando lecciones de moral desde nutridos actos en los que arengan a "los pibes para la liberación".

Quince policías resultaron heridos durante los incidentes, que comenzaron cuando un grupo de encapuchados tiró piedras contra el vallado que resguardaba la Casa Rosada y prendieron fuego a los tachos de basura que estaban en la Avenida de Mayo.

La policía de la Ciudad usó disparos de balas de goma para desalojarlos, gases lacrimógenos y camiones hidrantes. Tal vez esperaban caricias.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, prometió que el Gobierno "irá a fondo y sin protección para nadie" en la investigación de la desaparición de Maldonado y sostuvo que el reclamo popular es "absolutamente legítimo y lo acompañamos todos".

Ojalá sea eficiente para lograrlo, y la Argentina pueda evitarse otro espectáculo bochornoso, a los que lamentablemente nos estamos acostumbrando.