El obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín, denunció que en Santa Cruz quien piensa "distinto" al Gobierno es considerado "un enemigo al que hay que eliminar"
Dura crítica del obispo de Río Gallegos al Gobierno.
El obispo de Río Gallegos, monseñor Juan Carlos Romanín, aseguró que es víctima de tareas de espionaje y denunció que en Santa Cruz quien piensa "distinto" al Gobierno es considerado "un enemigo al que hay que eliminar".
"Se cierran radios, tenemos censura, falta de libertad de expresión, no hay privacidad, yo estoy seguro y tengo sospechas de que mis teléfonos están intervenidos, se atenta contra nuestra dignidad", denunció Romanín.
Incluso, el obispo de Río Gallegos consideró que el vuelco de un camión cerca del domicilio del presidente Néstor Kirchner en esa ciudad no fue un atentado y acusó a la Casa Rosada de "echar culpas" por el episodio.
"Tengo varias versiones, pero la mayoría hace suponer que la palabra atentado le queda muy grande. El hecho de echar culpas está aquí a la orden del día", cuestionó Romanín.
El prelado, quien ha sido fuertemente cuestionado por el presidente Néstor Kirchner tras su apoyo a los reclamos de los docentes y estatales de la provincia, se quejó de que el Gobierno "no acepte" a quienes "piensan distinto".
"Nos cuesta mucho que nos acepten a los que pensamos distinto, acá el que piensa distinto parece que enseguida es un opositor, un enemigo que hay que eliminar", sostuvo Romanín.
Denunció, además, que cuando realiza declaraciones a medios locales le "tergiversan" sus expresiones y que se encuentra con personas que le brindan datos de sus conversaciones privadas, por lo que se mostró "seguro" de que tiene los teléfonos intervenidos.
En esta línea, el obispo de Río Gallegos acusó al oficialismo en Santa Cruz de "crear un clima de tensión y enfrentamiento permenente" y de haber provocado una ruptura en el "diálogo" con su diócesis luego de que manifestara un pensamiento "distinto del Gobierno en un hecho puntual", como lo fueron los reclamos salariales de los trabajadores docentes y estatales.
"Esto no sé hasta dónde va a llegar. La gente después empezó a peder el miedo y manifestarse. Es muchísima la gente que sale y eso no se quiere ver. Es una cosa que no se puede ocultar", advirtió el obispo, quien suele visitar la carpa docente que se instala frente al palacio Ejecutivo provincial, en manos del gobernador Carlos Sancho.
Esta no es la primera vez que Romanín cuestiona al Ejecutivo nacional: el prelado participó de la primera marcha masiva de docentes a la Casa de Gobierno provincial y, entonces dijo que la Casa Rosada llevaba adelante medidas "extorsivas".