¿Qué hizo el arquero tras la patada?
3 de mayo de 2007
Gastón Sessa, luego de la violenta agresión a Rodrigo Palacio, llegó al vestuario de la Bombonera, se bañó y se instaló en el ómnibus a la espera de sus compañeros, con los cuales no habló y luego se retiró de la concentración tras hablar con el entrenador Ricardo La Volpe.
"Entró al vestuario con mucha bronca, pateo, insultó y luego se fue a las duchas. Ahí se calmó un poco, estaba muy mal por lo que había pasado. Después de acomodar sus cosas se cambió y se fue al micro y se quedó ahí hasta que terminó el partido", señaló una fuente cercana al plantel.
La fuente de adentro del club relató además que "él no quería encontrarse con sus compañeros en el entretiempo, por eso se fue antes. Más que nada para no cruzarse con nadie, porque sabe que estuvo mal".
Pero no terminó ahí, la sensación en el viaje hacia la Villa Olímpica de Vélez fue por demás particular: "Nadie dijo nada en todo el trayecto. Cada uno en su mundo, escuchando música y sin hablar. Estaba muy denso el ambiente", contó.
Apenas bajaron del ómnibus en el complejo de Parque Leloir, Sessa "se fue directamente a su habitación y se quedó ahí. No salió hasta las ocho de la mañana, cuando fue a reunirse con el cuerpo técnico y le pidió dejar la concentración". El arquero se cambió, "tomó su bolso, se subió al auto y se fue", concluyó.