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21 de noviembre de 2024
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Inseguridad y desempleo, debate presidencial francés
Sarkozy y Royal, candidatos a la presidencia de Francia, enfrentaron sus posiciones en el último intento por captar al electorado aún indeciso en una elección crucial
2 de mayo de 2007
La candidata presidencial socialista francesa, Ségolène Royal, atacó el historial de su contendor, el derechista Nicolas Sarkozy, durante un debate televisado que podría determinar al ganador de la segunda y decisiva vuelta electoral del domingo.

Ambos alzaron las espadas en un debate que giró en torno a la inseguridad, el desempleo y la deuda pública, durando más de dos horas.

En desventaja en los sondeos de opinión, Royal entró combativa al inicio del debate de dos horas, criticando fuertemente al saliente gobierno de derecha, en el que Sarkozy sirvió como ministro del Interior y de Finanzas.

"Usted es en parte responsable por la situación en la que Francia se encuentra hoy día", dijo una dura Royal, quien acusó al gobierno de fallar en contener el desempleo y de permitir un incremento en el crimen callejero.

Mientras Sarkozy intentaba defenderse, Royal lo interrumpía constantemente, haciéndolo tropezar sobre sus palabras. "Señora, ¿me permitiría completar una frase?", señaló exasperado el candidato.

Luego, ambos intercambiaron opiniones acerca de cómo reducir el déficit fiscal, revivir la economía y reorganizar el verdadero ejército de empleados públicos franceses, volviéndose un debate acalorado cuando se tocó el tema de la semana laboral de 35 horas, que introdujo el último gobierno socialista.

"Seré un presidente que se comprometerá a obtener resultados y que asume sus responsabilidades. Hablaré francamente a los franceses y la República será irreprochable", prometió Sarkozy.

"Quiero ser la presidenta de la República que construirá una Francia donde la agresividad y la violencia retrocedan, una Francia que gane la batalla contra el desempleo, una Francia en la que la desigualdad retroceda", respondió Royal.

La lucha contra la delincuencia abrió el debate, en el que Sarkozy subrayó los resultados positivos de sus cuatro años pasados en el ministerio de Interior y ahí llegó la primera acusación, cuando Royal le dijo que era el responsable del aumento de los actos de violencia en los últimos años.

A continuación, el candidato de derecha defendió su proyecto de reducir a la mitad el número de funcionarios para pagar la alta deuda pública, que supera el 60% que fija la Unión Europea, mientras que Royal propuso pagar la deuda impulsando el crecimiento económico a través de más ayudas a las pequeñas y medianas empresas.

Ella se comprometió a poner el crecimiento económico francés a un ritmo de crucero anual del 2,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y destinar todo lo que exceda esa cifra a la reducción de la deuda pública.

En cuanto al empleo, el favorito en los sondeos prometió alcanzar el pleno empleo en los próximos años y pagar más las horas extraordinarias, mientras que la socialista abrió la puerta a la posibilidad de reformar la ley de las 35 horas laborables por semana tras una negociación con los sindicatos, ya que a pesar de ser "una conquista social", "ha creado dificultades en algunas empresas".

Las 35 horas semanales son "una catástrofe generalizada para la economía francesa" y en especial para los hospitales, puesto que los han "desorganizado", afirmó Sarkozy al entrar en el segundo tramo del debate, dedicado a la las cuestiones económicas y sociales.

"¿Si tanto daño han hecho, por qué no las han eliminado?", respondió la candidata socialista a Sarkozy, tras recordarle que el Gobierno conservador al que él ha pertenecido hasta finales de marzo pasado ha tenido casi cinco años para suprimir las "35 horas".

El principal objeto de discusión fue la energía nuclear, sobre la cual Sarkozy dejó claro desde el primer momento que es su apuesta, porque es "limpia", en el sentido de que implica una emisión de anhídrido carbónico a la atmósfera mucho menor que otras fuentes.

Royal se vio hostigada reiteradamente por su rival, quien la pedía que se pronunciara acerca de si mantendrá la energía nuclear si es elegida presidenta. Tras eludir la pregunta varias veces la aspirante socialista admitió que mantendrá la energía nuclear, pero que potenciará las alternativas.