Buscan frenar la violencia entre escuelas de Caballito
Alumnos de los colegios Huergo y Vieytes reeditaron sus enfrentamientos a golpes. Preocupación de padres y autoridades por una rivalidad cada vez mayor
2 de mayo de 2007
Los responsables de los colegios Ingeniero Huergo e Hipólito Vieytes, del barrio porteño de Caballito, acordaron solicitar una mayor vigilancia en las puertas de los establecimientos y calles aledañas para evitar las peleas entre sus alumnos, que hoy se repitieron mientras las autoridades intentaban encontrar una solución al problema.
En la tarde de hoy se dispuso que dos efectivos de la comisaría 13era, junto con cuatro agentes de la Guardia Urbana sean los encargados de controlar las entradas y salidas de jóvenes de ambas escuelas.
Paradójicamente, mientras se celebraba la reunión de autoridades en el colegio Vieytes, los dos grupos de chicos volvieron a chocar en la puerta del establecimiento, lo que motivó la intervención policial que calmó las aguas.
"Tiene que darse una solución desde distintos lugares. Pedimos la seguridad porque vamos a trabajar desde lo externo, y también desde los colegios cada uno de los establecimientos tendrá sus tareas", explicó Nidia Galé, rectora del colegio Vieytes, ubicado sobre la avenida Gaona.
Por su parte, el rector del Ingeniero Huergo, Rodolfo Matei, distante cuatro cuadras de ese lugar, explicó que los trabajos internos serán llevados a cabo por tutores y personal adecuado, para que "todos tengamos un compromiso con la seguridad".
Además, según trascendió, mañana al mediodía los dos grupos involucrados habrían pactado una reunión donde intentarán poner fin, al menos temporalmente, a esta histórica disputa.
Daniel Partucci, vicerrector del Vieytes, informó que de la reunión participaron autoridades de ambos establecimientos, gente de la Defensoría del Pueblo y el representante de los Derechos de los Niños y del Adolescente.
"Acordamos una serie de estrategias para que esta disputa escolar se termine, por lo que hemos solicitado un poco de seguridad extra", indicó en declaraciones a un canal de cable.
"Necesitamos control. Los chicos tienen que ver que hay cierta seriedad en su camino a otros lados, que estamos acompañados, no vigilados", agregó.
El vicerrector intentó minimizar los hechos al señalar que desde su punto de vista sólo se trata de "una travesura, bastante grave, aunque nada más que eso", a pesar de los reiterados episodios de violencia en los que se vieron involucrados los
estudiantes.