El ex ministro de Planificación, Julio De Vido, se presentó este viernes en los tribunales federales de Retiro por la causa Skanska, donde se investiga el supuesto pago de sobornos por parte de esa empresa sueca para adjudicarse las obras de ampliación de dos gasoductos, y que tuvo su origen en 2005 durante el gobierno de Néstor Kirchner.

En tanto ayer, el detenido ex secretario de Obras Públicas José López negó en la Justicia haber intervenido en la adjudicación de licitaciones a la empresa constructora sueca Skanska, acusada de pagar sobornos a funcionarios kirchneristas para conseguir contratos, y apuntó a su ex colega de Energía Daniel Cameron.

"Mi área no intervino en nada. El proyecto era competencia de la Secretaría de Energía", sostuvo López ante el juez federal Sebastián Casanello, y apuntó así a un ex funcionario kirchnerista que ya fue investigado en la causa Skanska y había sido sobreseído junto a otros imputados cuando se decidió descartar una grabación clave que probaba los presuntos sobornos.

Ahora, el fiscal Carlos Stornelli hizo un planteo para aplicar el criterio de "cosa juzgada írrita" en base a que la Cámara de Casación resolvió hace unos meses revalidar esa conversación y revocar entonces los sobreseimientos de Cameron, el ex interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) Fulvio Madaro, Néstor Ulloa, ex titular de Nación Fideicomisos, y ejecutivos de las empresas Transportadora de Gas del Norte y Transportadora de Gas del Sur.

La semana anterior, tanto López como De Vido tuvieron que presentarse ante el juez federal Julián Ercolini para declarar en la causa que investiga el presunto direccionamiento de obra pública a favor del detenido empresario Lázaro Báez en Santa Cruz durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

También fueron indagados en la causa por defraudación en la construcción de viviendas sociales del programa "Sueños Compartidos", de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, a cargo del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.

Skanska es la causa más antigua abierta en contra de De Vido, y si bien había sido cerrada con sobreseimientos en el 2011 por la sala I de la Cámara Federal porteña, fue reabierta en abril pasado por la instancia superior de Casación, al validar como prueba una grabación telefónica en la que un directivo de Skanska aludía al pago de sobornos.