El presunto autor intelectual del triple crimen, Ibar Pérez Corradi, reveló una de las incógnitas sobre su increíble huida de la Argentina.
Contó cómo hizo para borrarse las huellas digitales y no ser reconocido por las fuerzas de seguridad.
Contó que se drogó y se dio inyecciones para el dolor y se las sacó con "un hierro caliente que puse en las brasas".
"Tomé oxicontin, una droga analgésica muy fuerte y me había dado una inyecciones para el dolor y puse los dedos en el hierro que estaba casi blanco del calor. Pasaron seis meses y todavía no me cicatrizó. Se tenía que licuar la tercera capa de la piel y todavía no pasó. Se tenía que licuar esa grasa de la epidermis", agregó.
Cuando Pérez Corradi fue detenido en Paraguay, se conoció lo que había hecho en sus manos porque, al querer corroborar su identidad, notaron que no era posible porque había adulterado las huellas dactilares.
De película.