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Todo listo para abrir el cepo y devaluar
Hay temor por el impacto en los precios que tendrá una medida largamente anunciada que el gobierno considera inevitable para ir normalizando una economía casi exhausta
16 de diciembre de 2015
El Gobierno se dispone a dictar el levantamiento del cepo cambiario y devaluar el peso a un nivel que rondará los $ 14,50, en un intento por normalizar una economía semi paralizada y una industria en declive, y alentar la llegada de inversiones y la liquidación de divisas.

El Banco Central ya tiene redactadas las normas que esta semana permitirán abrir el cepo y devaluar el peso.

El objetivo es hacerlo con un respaldo adicional de 10.000 millones de dólares en las menguadas reservas internacionales para poder resistir cualquier pico de demanda de dólares que pudiera provocar esa medida. Una de las fuentes serían los bancos internacionales que se comprometieron a aportar cerca US$ 8000 millones, o convertir en dólares el swap con China (equivalente a unos US$ 11.000 millones).

También esperan sumar los dólares que tienen los bancos locales en sus posiciones y que se comprometieron a liquidar después del acuerdo sellado anteayer por los contratos de dólar futuro.

"Con el stock de reservas actual no se puede abrir el cepo, pero apenas empiecen a entrar dólares, ya se hace", explicó la fuente. El dinero que aportarán las cerealeras por exportaciones aún no liquidadas ingresaría después de la devaluación.

Anticipándose a esa situación, durante el fin de semana la entidad que preside Federico Sturzenegger terminó de redactar las normas para retrotraer la situación a comienzos de noviembre de 2011, cuando se instaló el cepo cambiario. Aunque no trascendieron los detalles, cabe recordar que hasta aquel momento personas físicas y jurídicas podían comprar hasta US$ 2 millones por mes para atesoramiento. Existía prácticamente un mercado único de cambios y la AFIP no aplicaba la retención del 35% a cuenta del impuesto a las ganancias.

No había restricciones para que las empresas multinacionales pudieran girar utilidades y dividendos a sus casas matrices. Al mismo tiempo, los plazos para liquidar exportaciones eran más laxos. Y tampoco existían las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), sino que se aplicaban licencias no automáticas. En el mercado hipotecario, con un crédito en pesos se podían comprar dólares destinados a adquirir un inmueble.

La decisión marco pasará por el directorio del BCRA, pero la sintonía fina en cuanto al precio final al que cotizará el dólar se manejará en la mesa de operaciones de la entidad monetaria, a cargo del nuevo subgerente general de operaciones financieras, Agustín Collazo, ex managing director de Morgan Stanley.

El debate entre los funcionarios está en la velocidad del salto cambiario que se aplique, porque si es pequeño (por ejemplo, llevando la cotización a $ 12), el mercado esperará nuevas devaluaciones. Pero si es muy alto, puede haber riesgo de "pasarse de largo". Esta semana, un importante protagonista de la devaluación de 2002 le sugirió al presidente Macri que "no se quede corto".

Hace apenas un mes, el economista Lucas Llach, ahora vicepresidente del BCRA, hacía un simple ejercicio en su cuenta de Twitter. Para volver a tener en la economía una cantidad de pesos (base monetaria) similar a la que existía antes de que se instaure el cepo, en septiembre de 2011, el tipo de cambio equivalente que hacía falta era de $ 12,22.

Un mes más tarde, después de que el BCRA bajo la conducción de Alejandro Vanoli inyectara en el circuito financiero $ 70.000 millones adicionales para financiar el rojo de las cuentas públicas, ese ejercicio se traduce en un tipo de cambio de $ 14,16, según señala el economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur).

"Tomamos la base monetaria y la llevamos a un nivel pre cepo cambiario, y vemos inevitable, dada la cantidad de pesos circulando en la economía, que haya un ajuste", dice Collante. "¿Qué tipo de cambio hace que esa base vuelva a los niveles pre cepo? El de 14,16 pesos no es un tipo de cambio de equilibrio, pero sí es una referencia", continúa el economista.

"En el corto plazo -dice Pedro Rabasa, de Empiria Consultores-, un dólar de 13 ó 14 pesos no es ilógico". Sin embargo, aclara, el tipo de cambio de equilibrio es dinámico, depende de cada política económica y contempla desde el nivel de gasto hasta los impuestos, entre muchas variables. "Si el Gobierno consigue generar confianza, hasta puede ocurrir que esos 13 o 14 pesos en el futuro parezcan altos", explica Rabasa.