Tras nueve años de destrucción deliberada de las estadísticas, el designado director del INDEC, Jorge Todesca, se las deberá arreglar para tratar de determianr en el menor tiempo posible cuál es el estado real de las variables socioeconómicas de la Argentina, luego de que un plan sistemático de tergiversacion de datos implementado por el kirchnerismo, impide saber cuáles es la inflación, la pobreza y el desempleo, entre otras muchas variables clave.

El plan de ocultamiento de la realidad para construir un relato capaz de permitir el objetivo de perpetuarse en el poder cayó con la pérdida de las elecciones presidenciales.

Ahora, un nuevo poder deberá demostrar que es capaz no sólo de reconstruir un INDEC confiable, sino sobre todo estar dispuesto a informar los números más allá de las conveniencias políticas, algo que el kirchnerismo abandonó en su afán por detentar el poder si era posible para siempre.

Cuando Néstor Kirchner inició el proceso de destrucción de las estadísticas, tenía un plan ambicioso. Su mujer, Cristina Fernández, gobernaría hasta el 2015, y luego él lo haría hasta el 2023.

Su salud le impidió concretar ese objetivo y murió. Su esposa intentó concretarlo soñando alguna vez en que Máximo Kirchner, ahora diputado nacional por Santa Cruz, sería parte de un plan que nunca se pudo concretar.

El desafío del nuevo gobierno será construir estadísticas confiables para una República, y no para una facción que intentó apropiarse de las instituciones intentando hacer creer, sin suerte, a los argentinos que se estaban "empoderando" de algo que en realidad no les correspondía.