La tensión en el oficialismo quedó en evidencia cuando pasadas 72 horas desde la derrota del domingo, la presidenta y el gobernador aún no se reunieron para definir estrategias
Está todo mal en el oficialismo, porque no hay peor cosa para un movimiento político que no alcanzar los resultados esperado.
La tensión en el oficialismo luego del ajustado triunfo del candidato presidencial Daniel Scioli sobre su rival de Cambiemos, Mauricio Macri, volvió a ponerse de manifiesto a raíz de la suspensión de la reunión que se barajaba para hoy entre la mandataria Cristina Fernández y el postulante quien aseguró que "me reúno cuando me tengo que reunir" y dijo tener el "compromiso de todos".
Pese a que desde el sciolismo habían afirmado que el candidato oficialista se reuniría con la Presidenta para "analizar los pasos a seguir" en la campaña de cara al ballottage del 22 de noviembre, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, desmintió por la mañana que el encuentro formara parte hoy de la "agenda" de la mandataria.
Fernández, quien resultó derrotado como candidato a gobernador bonaerense por la postulante de Cambiemos, María Eugenia Vidal, fue personalmente a informar a los miembros de la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno que en la "agenda" presidencial "no está prevista ninguna reunión con Scioli, así que Scioli sigue con su campaña y la Presidenta sigue con su actividad política".
En la Casa Rosada, en tanto, evitaron hablar de la supuesta reunión y sólo confirmaron el acto que la Presidenta encabezará mañana, a las 18, en el Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario, para el que ya estaban preparando los patios internos para el ingreso de militantes, en lo que será su primer mensaje después de las elecciones del domingo.
Sin embargo, la Presidenta anticipó ayer su regreso de Santa Cruz, donde había ido para pasar, en un marco de intimidad familiar, el quinto aniversario de la muerte de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, justo en momentos en que el sciolismo hacía trascender el encuentro previsto para hoy.
No obstante, Scioli evitó agitar la tensión interna al asegurar que sentía "el compromiso de todos" en el Frente para la Victoria y remarcar que con la jefa de Estado habla y se reúne "permanentemente".
Al atribuir a "especulaciones" la falta de apoyo de la Casa Rosada, resaltó que habla "todo el tiempo" con la Presidenta y criticó el abordaje de "esa cuestión" de si se reúne "o no".
"Permanentemente hablo y me reúno cuando me tengo que reunir. ¿Sabés las veces que me reúno o hablo por teléfono y nadie se entera?", preguntó.
En los hechos, la estrategia de Scioli sería no romper lanzas con el kirchnerismo, pero sí dar una imagen de mayor autonomía que la que exhibió hasta el momento, sin recostarse en la militancia kirchnerista con la que nunca logró forjar una buena relación.
Al mismo tiempo, comenzó a inaugurar la estrategia definida días atrás por su comando proselitista respecto de abordar una campaña "desideologizada", incluir la palabra "cambio" -aunque con un "significante" distinto al de Macri-, sumar voceros nuevos para "refrescar" las propuestas y no hablar del "pasado", sino enfocarse en el "presente y futuro".
Desde el sciolismo señalaron a DyN que además se encargó un "focus group" para averiguar "qué quiere" el votante de UNA, referenciado en el ex candidato presidencial Sergio Massa, con el objetivo de elaborar una "propuesta" diferenciada para ese sector.