El autor de otra masacre en un colegio norteamericano tenía 26 años y "buscaba cristianos para matarlos". Sus padres dijeron estar en shock
“Qué bueno que sos cristiano, porque en un segundo vas a ver a Dios”, le dijo Chris Harper-Mercer a una de su víctima. Y luego disparó. El tirador de Oregon, de 26 años, y que dejó un saldo de 10 muertos al entrar a los tiros en una clase en un colegio de Oregon, tiene el perfil de loco solitario.
Se definió en una red social de citas “Spiritual Passions” como “tímido al principio”, aunque “entro en calor rápido”.
Y enumeró entre sus hobbies “internet y matar zombies”.
En un foro de internet Harper había compartido apenas unos días atrás un documental sobre la matanaza de Sandy Hook en 2012. Y en el mismo sitio mostró su simpatía hacia Vester Flanagan, el hombre que mató en vivo a una periodista y su camarógrafo mientras hacían una nota en Virginia, en agosto.
“La gente como él no tiene nada porqué vivir, y lo único que les queda es enemistarse con una sociedad que los ha abandonado”, escribió Harper-Mercer en un blog el 31 de octubre. El padre de Harper habló con los medios solo para indicar que estaba en total estado de shock. Que había sido un día devastador para él y su familia, y pedía respeto y privacidad a los medios, luego de haber hablado con el FBI y la policía.
El sheriff del condado de Douglas, John Hanlin, ofreció pocos detalles sobre el tirador. “No lo voy a nombrar. No le voy a dar el crédito que tal vez buscó antes de este horrendo y cobarde acto”, dijo Hanlin.
La transición entre no ser nadie a ser famosos tardó solo 10 minutos, en lo que entró al colegio armado con tres pistolas semiautomáticas y un rifle. Vestido de negro y con un motivo que aún se desconoce, metódicamente repartió balazos en aulas llenas de chicos, que desesperadamente se escondían detrás de sus bancos y trababan las puertas de la clases con los escritorios.
En una de esas aulas, eligió a cristianos, según los testigos. “Luego los mataba”, contó una testigo Anastasia Boylan.