El terremoto de 8,4 grados provocó un tsunami y graves daños: al menos 10 muertos. Cientos de viviendas se desmoronaron y la gente duerme en las calles porque se quedó sin nada
El terremoto de 8,4 grados Richter frente a Illapel, ayer al final de la tarde y que afetó a ocho regiones chilenas (y se llegó a sentir hasta en Buenos Aires) dejó diezo muertos y provocó la evacuación de un millón de personas en Chile, además de la formación de olas de entre tres y cuatro metros.
Funcionarios estadounidenses indicaron que se produjo en el Pacífico a las 19:54 y el epicentro estaba a unos 280 kilómetros (173 millas) al norte-noroeste de Santiago y a 55 kilómetros (34 millas) al oeste de la ciudad norteña de Illapel, así como a cinco kilómetros (4,8 millas) de profundidad.
Entre las víctimas mortales está Lisette Araya Silva, una mujer de 26 años de la ciudad norteña de Illapel por la caída de una cornisa, y otra de 20 años en el pueblo de Monte Patria, a 435 kilómetros (270 millas) al norte de Santiago, por desprendimiento de rocas.
Un hombre de entre 86 y 87 años pereció en Maipú, una comuna de Santiago, de un infarto. Además, una mujer pereció en Coquimbo mientras se desplazaba en una motocicleta por la costanera y otra murió a causa de un paro cardiorrespiratoria en Catapilco. La última víctima hasta el momento es un joven de 19 años de Monte Patria.
El jefe del gabinete agregó que las ciudades de Choapa, Illapel, Salamanca, Canela y Los Vilos y Coquimbo son las áreas más afectadas por el terremoto. Todas han sido declaradas zona catastrófica, lo que facilitará la llegada de fondos para ayudar a los afectados.
Burgos señaló que los mayores daños están en Tongoy y Coquimbo. En esta última hay importantes daños en el puerto.
Periodistas de The Associated Press que viajaron a la pequeña ciudad agrícola y minera de Illapel, a unos 46 kilómetros (28 millas) del epicentro, vieron importantes daños en viviendas que quedaron desmoronadas, con los techos hundidos e importantes agujeros en las paredes abiertas. Una veinte personas resultaron heridas.
Muchos de los residentes pasaron la noche a la intemperie por temor a las réplicas. Cinco horas después del terremoto se habían registrado una treintena de nuevos temblores, algunos con una magnitud superior a 7.
Manuel Moya, 38 años, y su esposa durmieron en la calle, frente a su casa completamente destruida.
"Yo pensé que era el fin del mundo y que íbamos a morir todos. Esto no pasaba, no pasaba. Dicen que fue magnitud 8, pero se sintió como 10'', dijo a la The Associated Press.
"Fue daño total, pero gracias a Dios estamos vivos'', agregó recordando que, en el momento del sismo, veía la televisión con su esposa. La sacudida rompió un muro a través del que podían ver partes de la ciudad.
La mayoría de los 35.000 habitantes de Illapel no tienen luz ni agua.
Muchos de los residentes vivieron el sismo en la plaza mayor mientras asistían a un concurso de cueca _ el baile típico chileno _ con motivo de la fiesta de la independencia el 18 de septiembre.
El alcalde, Denis Cortés, dijo que el terremoto provocó el caos en la zona.
Haciendo un rápido balance de los daños, Cortés explicó: “Tenemos muchos cables cortados, muros caídos, el cementerio en partes destruido y muchas tumbas abiertas por lo cual tenemos una emergencia sanitaria (...) Estamos muy cerca del epicentro pero por tener este tipo de construcción y más población, somos los más afectados. Tenemos daños estructurales importantes en edificios públicos’’.