A pesar de que la presidenta estila agradecer los "servicios prestados", la mandataria obvió mencionar esa frase en medio del enojo que mantiene con el longevo juez de la Corte
Esta vez no hubo agradecimiento por los "servicios prestados".
La presidenta Cristina Fernández aceptó a secas la renuncia del juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Carlos Fayt a través del Boletín Oficial. El decreto sostiene que la dimisión al cargo de juez de la Corte se acepta "a partir del día 11 de diciembre de 1015", cuando la mandataria ya no esté en el poder.
Fayt y la mandataria mantuvieron una tensa relación, ya que el kirchnerismo pretendió sacarlo del máximo tribunal a través de un juicio político y dirigentes oficialistas cuestionaron su idoneidad para el cargo por tener una edad avanzada.
El juez nació el primero de febrero de 1918 en Salta y Cristina no le perdona haber tenido fallos adversos a los intentos de la Casa Rosada para avanzar sobre distintos sectores en el afán de profundizar su hegemonía en el poder.
Incluso, el gobierno ordenó a sus legisladores adictos intentar avanzar con un juicio político, sin éxito.