Ni siquiera la oposicón esperaba que Martín Lousteau, un dirigente con pocos kilómetros recorridos en la política y pasado kirchnerista, pudiese darle semejante susto al macrismo en su bastión electoral.

El PRO casi pierde una elección, lo cual hubiese sepultado en forma definitiva el sueño presidencial de Mauricio Macri, que ahora aparece seriamente herido.

La mínima diferencia entre Horacio Rodríguez Larreta y Losteau refleja el hastío de amplio sectores porteños por las altísimas tasas impositivas y las subas de tarifas de peajes, la falta de servicios de buena calidad en salud y educación, el oscuro manejo de los aumentos discrecionales en las tarifas de los taxis, la prepotencia en el acarreo por supuesto mal estacionamiento, los acuerdos nunca claras del macrismo con empresarios vinculados a la construcción y otros elementos que están hablando de que algo se empezó a esmerilar en la relación entre el vecino y el PRO.

La elección también le dio la razón a Gabriela Michetti, quien tenía mucho mejor imagen que un Rodríguez Larreta que nunca logró llegarle a los porteños, aunque gobernará la Ciudad hasta el 10 de diciembre.