El fallo de la Conmebol sobre los incidentes que generaron la interrupción del último Superclásico se conocerá esta tarde. Boca tiene tiempo hasta las 14 para realizar su descargo, pese a que en el club saben que recibirán una dura sanción, mientras que River espera que le confirmen el pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores.

La suspensión del partido que disputaron los equipos de Rodolfo Arruabarrena y Marcelo Gallardo dio la vuelta al mundo. La trascendencia internacional de los hechos de violencia que motivaron la finalización del encuentro, cuando aún faltaban cuarenta y cinco minutos por disputarse, dejó expuesto al club de la Ribera y a las fallas que tuvo la organización.

Según trascendió, la FIFA pidió "mano dura" en el castigo para Boca. La sanción ejemplar incluiría la inhabilitación de Boca para jugar competencias internacionales por un año, y la imposibilidad de hacerlo en la Bombonera durante dos años. Desde la entidad que conduce, Joseph Blatter, habrían pedido que el castigo se duplique.

"La FIFA condena de la forma más enérgica toda manifestación de violencia asociada al fútbol, simplemente porque la violencia no debe tener lugar en el deporte", sostuvo un vocero de la entidad luego de los incidentes ocurridos en la Bombonera. El club "xeneize" no tiene escapatoria.

La tarde del sábado 16 de mayo de 2015 marcará a Boca por los próximos años. Desde el club buscarán atenuar la sanción pero asumen que quedarán eliminados de la Copa Libertadores, y que el castigo será muy duro. Daniel Angelici y Rodolfo Arruabarrena, presidente y entrenador "xeneizes", aseguraron que acatarán la sanción de la Conmebol.

Sin torneos internacionales por un año, afuera de la edición actual de la competencia americana más importante y con una dura sanción sobre las espaldas del club, el futuro político de Daniel Angelici parece ser oscuro. El "Tano" se ilusionaba con una reelección al frente de la presidencia de Boca y con la posibilidad de ocupar la Secretaria General de la Conmebol. Sus anhelos comenzaron a desintegrarse con el escándalo del Superclásico que no terminó.