El Papa Francisco, que en varias ocasiones dijo que el mundo vive ya una Tercera Guerra Mundial por partes, clamó por la paz hoy en su mensaje del domingo de Pascua en la plaza San Pedro, ante una gran multitud que aguantó una mañana lluviosa. E

En su homilía de la misa pascual, el pontífice argentino pidió "al Cristo victorioso" que alivie los sufrimientos "de tantos nuestros hermanos perseguidos a causa de su nombre", aludiendo a las masacres de cristianos en Medio Oriente y África.

Jorge Bergoglio pidió la paz "en este mundo sometido a los traficantes de armas que ganan con la sangre de los hombres y las mujeres, tantas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz". Francisco pidió ante todo paz "para la amada Siria y para Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca la buena convivencia entre los distintos grupos que componen estos amados países". "La comunidad internacional no permanezca inerte frente a la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y al drama de numerosos refugiaos".

El Papa argentino también reclamó paz y una cultura de encuentro, de diálogo, entre israelíes, invocando por el fin de la violencia en Tierra Santa. Además "demandamos la paz para Libia, para que se detenga el absurdo derroche de sangre en curso y toda bárbara violencia".

"Que cuantos tienen en su corazón la suerte de Libia actúen en favor de la reconciliación". De la guerra en Yemen, que escala hacia un enfrentamiento armado regional que enfrenta de un lado de Arabia Saudita y del a Irán, el Papa pidió "voluntad de pacificación".

Francisco elogió el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán entre ese país, EEUU y sus aliados de Europa y la alianza militar atlántica, la OTAN, con el apoyo de Japón. "Con esperanza confiamos en que el Señor misericordioso haga consolidar el acuerdo para que sea un paso definitivo hacia un mundo seguro y fraterno", dijo. En junio debería firmarse también en Lausana otro, Suiza, el pacto definitivo.

En la homilía Bergoglio volvió a evocar la masacre de estudiantes cristianos del Jueves Santo en Garissa, norte de Kenya, por parte de un grupo yihadista somalí. Además de los 150 jóvenes asesinados por su fe en Cristo, se teme que una parte de los desaparecidos haya sido también ultimado por los ultraislámicos.

Francisco se refirió también a la violencia imperante en Nigeria y el sud-Sudan, Sudán y la República del Congo, de la cual son víctimas muchos fieles cristianos. El Papa habló por último a Ucrania, rezando "por cuantos han sufrido la violencia del conflicto en los últimos meses". "Que pueda el país encontrar la paz y la esperanza gracias al empeño de las partes interesadas".