El reloj marcaba las 9:48. Corridas, flashes y una gran expectativa periodística acompañaron el ingreso del empresario patagónico Lázaro Báez a los tribunales de Comdoro Py. Cuatro pisos más arriba lo esperaba el juez federal Sebastián Casanello.

El trámite fue rápido y previsible. Los abogados de Báez presentaron un escrito y el sospechoso informó que no tenía previsto contestar preguntas. A las 10:10 el empresario ya estaba en condiciones de abandonar el juzgado, según informaron fuentes judiciales.

El principal accionista de Austral Construcciones había sido citado para ejercer su derecho de defensa en una causa por lavado de dinero que se inició por la compra de un campo en Mendoza.

Los dolores de cabeza para Báez comenzaron hace casi dos años, luego de que el mediático Leonardo Fariña blanqueara algunos negocios conjuntos en una cámara oculta que fue publicada por el periodista Jorge Lanata.

El ex esposo de Karina Jelinek está procesado por diversos hechos. Uno de ellos es la compra de la estancia "El Carrizalejo". Se trata de una operación que se realizó en diciembre de 2010. Dos años después fue vendida en 1.800.000 a Roberto Erusalimsky.

En un principio, Fariña dijo que los $5 millones se los había dado Báez. Sin embargo ayer cambió su declaración y negó que el santacruceño haya aportado los fondos que hoy están en la mira de la Justicia.