El juez Daniel Rafecas, que desestimó por falta de pruebas la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández por supuesto encubrimiento de los acusados iraníes del trágico ataque a la mutual judía AMIA, dijo que “el Gobierno hizo todo lo que estaba a su alcance para impulsar la investigación de un atentado antisemita que dejó 85 muertos hace dos décadas en Buenos Aires”.

“No hay ninguna evidencia que revele que el Gobierno argentino tenía alguna intención de perturbar, afectar o encubrir la labor de la justicia argentina, si no que era al contrario”, dijo Rafecas en una entrevista con Reuters.

“El Gobierno agotó todas las instancias para lograr que la causa de investigación por el atentado a la (mutual judía) AMIA avance”, agregó.

La misteriosa muerte de Nisman, hallado con un disparo en la cabeza junto a un arma hace un mes en su departamento, ocurrió días después de que presentara la denuncia contra la mandataria y su canciller, y unas horas antes de una cita que tenía en el Congreso para detallar su acusación.

La hipótesis más firme de los investigadores es la del suicidio, pero no descartan un homicidio ni suicidio instigado.

Nisman llevaba más de una década investigando el atentado y su trágico desenlace conmocionó a los argentinos, desató una crisis política y dio la vuelta al mundo.

De acuerdo con Rafecas, las dos principales hipótesis de encubrimiento que esbozó Nisman en su denuncia quedaron refutadas por documentos.

“La evidencia presentada a este juzgado es exactamente opuesta a lo que sostenía Nisman. En esas condiciones, yo lo que resolví fue que no es posible bajo ninguna circunstancia abrir una investigación penal”, destacó el juez.

“No tengo ninguna duda de que (la denuncia) ha sido escrita por el fiscal”, dijo el juez. “Hay una elocuencia y una manera de escribir forense que no me hace sospechar en absoluto de que haya sido obra o mano de otra persona”.

A pesar de lo candente del caso, que ha sacudido al Gobierno, Rafecas aseguró que no ha recibido amenazas ni tampoco ningún intento de influir en su decisión.

“Hace dos semanas que me puse a estudiar el caso. En estas dos semanas, he trabajado con una asombrosa y pasmosa tranquilidad”, sostuvo. “Nadie, ni de un lado ni del otro, se ha acercado para hacer sugerencias o presiones”.