El recuento que determina a los ganadores de los premios es un procedimiento rústico y manual envuelto en medidas de seguridad
Se vienen los Oscar, los grandes premios del espectáculo, y si bien Estados Unidos tiene la tecnología más avanzada del mundo, el recuento de los votos que determina los ganadores de los premios Óscar es un procedimiento de lo más rústico y manual y está envuelto en medidas de seguridad.
Brian Cullinan y Martha Ruiz son los dos auditores de la firma Price Waterhouse encargados de contar los sufragios de los 6.124 miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, un proceso que se extiende desde el martes al viernes por la noche.
Desde hace tres años, la gran mayoría vota de forma electrónica usando una contraseña, aunque todavía queda algún nostálgico que lo hace en papel, el método que se aplicó durante 84 años.
Tras imprimir todas las papeletas, un equipo de hasta ocho personas las cuenta, pero de forma que ninguna -excepto Cullinan y Ruiz- sepa quién gana en cada una de las 24 categorías.
En 23 de ellas cada votante escoge a su preferido, pero en la de Mejor película vence la que logra el 50% del escrutinio más un voto.
Los miembros de la Academia deben ordenar en función de sus preferencias a las candidatas -este año hay ocho, pero puede haber hasta 10.
Si ninguna película logra llegar al 50%, se elimina la que menos apoyo recibe y se repite la operación hasta que haya un ganador.
Los auditores se aprenden de memoria el nombre de los que triunfarán en la gala y luego hacen dos juegos de sobres.
A partir de ese momento, ambos son escoltados en todo momento por guardias de seguridad hasta el comienzo de la gala y llegan por separado al teatro Dolby para evitar contratiempos.