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Opositor venezolano cumplió un año preso
Leopoldo López permanece en una celda de 4 metros cuadrados con una pequeña hendija de luz. El Gobierno de Maduro se mantiene inflexible
19 de febrero de 2015
En un caso que refleja la inflexibilidad del régimen chavista de Nicolás Maduro en Venezuela, el dirigente opositor Leopoldo López cumplió un año de prisión en una fría y húmeda celda de dos metros de largo por dos metros ancho, cerrada con puerta de acero, que sólo permite visualizar el exterior a través de una pequeña rendija a la altura de los ojos.

Maduro no presta atención a las reacciones de organismos internacionales, grupos humanitarios y de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia que abogaron por la liberación por considerarlo un "preso político".

Pero Maduro llama el "monstruo de Ramo Verde" a López y lo responsabiliza por la muerte de 43 personas y las lesiones de 878 ocurridas en protestas durante el 2014.

Mientras lo detenían, López fue filmado y fotografiado mientras le daba un beso de despedida a su mujer, que sigue encabezando marchas para que lo liberen, antes de ser arrestado en medio de una multitud de seguidores.

En abril del 2014 la Fiscalía General de los delitos de incendio, instigación pública, daños a la propiedad pública y asociación para delinquir.

El dirigente opositor, de 43 años, pasó casi doce meses recluido en una celda con unas dimensiones de más del doble de la que tiene actualmente.

Pero la madrugada del 13 de febrero fue trasladado como castigo a otro calabozo más pequeño del segundo piso del anexo B del penal tras una requisa que hicieron en su celda más de dos docenas de hombres armados, con los rostros cubiertos con pasamontañas, pertenecientes al servicio de contrainteligencia militar, indicó el abogado del opositor, Juan Carlos Gutiérrez, tras visitarlo el pasado fin de semana en el penal.

A López le incautaron un iPod y un teléfono celular, prohibido en las prisiones, y se presume que esa es la razón del castigo.