La presidenta Cristina Fernández decidió volver de El Calafate en forma anticipada y viajar de inmediato a la residencia de verano ubicada en Chapadmalal, para celebrar el cumpleaños 38 de su hijo Máximo Kirchner.

Además, no parece dispuesta a permitir que la acusen de haber estado ausenten mientras se realizaba la marcha del silencio en memoria del fallecido fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman, prevista para este miércoles.

Tras permanecer el fin de semana en El Calafate, donde ecabezó dos actos, cambió de idea y se volvió a Buenos Aires, cuando inicialmente estaba previsto que estuviese en Santa Cruz.

En la Casa Rosada se había especulado con que la jefa del Estado iba a pasar su cumpleaños, el viernes 19, en el Sur y no iba a estar en Buenos Aires durante la marcha del silencio, organizada por fiscales para homenajear a Nisman.

La mandataria habló por cadena nacional desde la ciudad santacruceña donde inauguró un hospital de alta complejidad.

En su discurso evitó referirse en forma directa a la muerte del fiscal Nisman y a su imputación en el caso AMIA. "Se siguen asombrando cómo aguanto todo lo que tengo que aguantar", aseguró.

En un nuevo acto público desde que se conociera la imputación por el supuesto encubrimiento de iraníes implicados en el atentado a la AMIA, la Presidenta aseguró que el clima crudo y las condiciones extremas del Sur templaron el carácter de su marido y el suyo: "Aprendí acá, en la Patagonia, con el viento, con el frío, con la nieve, con el olvido", dijo.