El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Lozano, cargó contra el Indec, al afirmar que no se hace cargo de ese flagelo
La Iglesia advirtió hoy que se manipulan los datos oficiales de desnutrición infantil para no hacerse cargo de ese flagelo y rechazó el argumento del gobierno nacional, según el cual las muertes de niños por problemas alimentarios son "casos aislados".
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, atribuyó el ocultamiento de esta realidad "muy dura" de la desnutrición infantil a la "indiferencia" y la "corrupción" de las autoridades tanto provinciales como nacionales.
"Hoy están sospechados los números de INDEC , de la inflación, de la pobreza. Más allá de las estadísticas, hay historias concretas de familias y comunidades. El ocultamiento puede disfrazarse temporariamente, pero no modifica la realidad", aseveró en declaraciones a DyN.
Para encontrar desnutrición hay que saber y querer buscar: rancho con piso de tierra, techo de paja, paredes de barro, perros flacos en el patio, mamá embarazada delgada sin cuidados médicos. Allí tampoco hay agua potable ni cloacas. En esos lugares es probable encontrar desnutrición
"Para encontrar desnutrición hay que saber y querer buscar: rancho con piso de tierra, techo de paja, paredes de barro, perros flacos en el patio, mamá embarazada delgada sin cuidados médicos. Allí tampoco hay agua potable ni cloacas. En esos lugares es probable encontrar desnutrición", señaló.
El referente eclesiástico afirmó que "también la podemos ver en asentamientos en los suburbios de ciudades medianas o grandes en viviendas con paredes de cartón o nylon, y con roedores dando vueltas".
Monseñor Lozano dijo que pese a que hubo "un importante crecimiento económico en el país, permanecen algunos núcleos duros de pobreza a los que no se ha logrado llegar, como describía recién en diversos asentamientos y parajes".
"Así como se mantienen núcleos duros de pobreza también persisten núcleos duros de riqueza que se han fortalecido concentrando bienes de todo tipo. Para llegar a las periferias hace falta patear más la calle y evitar dos males: la globalización de la indiferencia y la corrupción", subrayó.
El prelado aseguró que los pueblos originarios son marginados de la ayuda social por varias causas, entre ellas que no logran regularizar sus títulos de propiedad, están en lugares inhóspitos y no cuentan con infraestructura que les permita el acceso a la salud, el agua potable, la alimentación. "También hay cuestiones culturales que configuran patrones de conductas que es importante tener en cuenta. Por ejemplo, la mayoría de los agentes sanitarios son 'blancos' y les cuesta el diálogo para percibir la situación concreta", precisó.