Horas decisivas en la investigación del asesinato de la adolescente argentina. Encontraron restos de sangre en una toalla en su mochila en la playa
La muerte de la joven argentina Lola Chomnalez, asesinada en el balnerario uruguayo de Barra de Valizas, podría tener un avance clave para la resolución del caso: tras el hallazgo de ADN de otra persona en la mochila de la víctima la muestra será cotejada con el patrón genético de todos los imputados. Si el resultado fuera positivo aparecería en escena un sospechoso principal del crimen.
El miércoles la jueza de Rocha Silvia Urioste, a cargo de la causa, aguardaba los resultados de los estudios comparativos de ADN hallado en la mochila de Lola con el de cada uno de los sospechosos que declararon en el marco de la causa y que estuvieron detenidos, según informaron fuentes con acceso al expediente.
El ADN de otra persona que no es Lola, de 15 años, fue descubierto en una toalla y en el pareo que había dentro de la mochila.
"Ahora creo que estamos más cerca de la verdad", dijo el abogado que representa a los padre de Lola, Jorge Barrera.
El letrado agregó: "De todas formas, yo creo que en esta causa hay que tener mucha cautela, hay que tener rigor profesional y hay que tener rigor científico".
Además, ayer, la jueza después de tomarle declaración indagatoria liberó a los últimos imputados que tuvo el expediente.
Se trata de dos hermanos de 22 y 25 años, instructores de surf que viven en la localidad uruguaya de Aguas Dulces, próxima a Barra de Valizas.
Si bien algunas versiones aseguraban que los hermanos habían sido detenidos por su presunta vinculación con el ataque a otra joven, el abogado de los sospechosos, Felipe González, negó que haya existido ese hecho.
"En ningún momento hubo mención de que haya existido un caso como ése. Solo los interrogaron por la causa de Lola", dijo a Télam el letrado esta tarde.
Según contó el abogado, los hermanos declararon durante varias horas ante la jueza Urioste y esta mañana el mayor de ellos fue sometido a un peritaje psiquiátrico ordenado por la magistrada.
"No existe ningún indicio que los vinculen con el caso", afirmó el letrado, quien agregó que en el estudio psiquiátrico, la perito advirtió que el mayor de los hermanos es "tímido y retraído".
Antes de ser liberados, los hermanos también se sometieron voluntariamente a una extracción de sangre para que se pueda elaborar sus ADN, con el fin de poder hacer una comparación con el patrón genético hallado en los elementos que pertenecían a Lola.
Anteayer, la jueza Urioste realizó una reconstrucción del trayecto que realizó Lola antes de desaparecer la tarde del domingo 28 de diciembre pasado, desde que salió de la casa de su madrina, donde estaba pasando unos días de vacaciones, hasta el lugar donde apareció enterrada.Según los peritos policiales, la distancia entre un lugar y otro es de 4,800 kilómetros, caminando por la costa.
Tras ese peritaje, en el que estuvieron presentes, además de la jueza, la fiscal Gabiela Sierra y el abogado Barrera, entre otros, se tomaron nuevas testimoniales, entre ellas al pescador que encontró el cuerpo de Lola y un hijo de éste..