Con los dientes afilados, las principales espadas del kirchnerismo en el Congreso de la Nación se preparan para atacar con todo lo que tengan a mano al fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman, quien provocó un terremoto político al acusar a la presidenta Cristina Fernández de encubrimientos en la investigación del mayor atentado de la historia argentina, que dejó 85 muertos con la voladura de la mutual judía sobre la calle Pasteur.

La llegada del fiscal al Congreso será precedida de una polémica entre el oficialismo, que pretende una reunión pública, y la oposición, que maneja la comisión de Legislación Penal de Diputados y ya avisó que el encuentro será a puertas cerradas para que Nisman pueda informar sin filtro lo que dice haber descubierto en la causa a través de escuchas telefónicas realizadas por la propia Secretaría de Inteligencia.

Nisman tendría en su poder cientos de CDs con las grabaciones que agentes de inteligencia hicieron de conversaciones donde supuestos de emisarios del gobierno parecerían confabulados para que el gobienro iraní quede a salvo de la investigación por el atentado.

El supuesto acuerdo no escrito de "impunidad por petróleo y compra de granos", que denuncian desde la oposición, podría haber dejado sus huellas en esas grabaciones.

Se espera que el fiscal revele ante los diputados las partes que considera más comprometedoras de los diálogos que tiene registrados entre autoridades de la República Islámica de Irán con supuestos agentes de Inteligencia de la Argentina pero, sobre todo, con dirigentes de confianza de la presidenta. El fiscal sostiene que gracias a esas comunicaciones interceptadas en secreto conoció quiénes y cómo participaron en las negociaciones para que argentinos e iraníes lleguen a un entendimiento por el caso AMIA: son acciones que, según él, incluyeron delitos y sólo buscaban garantizar la impunidad de los sospechados de haber volado la mutual judía el 18 de julio de 1994.

Nisman dijo que entre las líneas intervenidas por agentes de inteligencia figura la de uno de los prófugos de la causa AMIA, el iraní Mohsen Rabbani.

Y también Jorge “Yussuf” Khalil, a quien describe como el referente de Irán con mayor influencia política en la Argentina.

Tanto “Yussuf” como Rabbani habrían negociado el pacto entre Argentina e Irán por el caso AMIA con interlocutores de la Secretaría de Inteligencia (SI) y de la Casa Rosada, que asegurarían que hablaban por indicación de la Presidenta.

Nisman considera que fue la propia Cristina la que decidió poner “en funcionamiento” a lo que describe como una “confabulación criminal”.

Es por eso que pidió la declaración indagaroria de la Presidenta; del canciller Héctor Timerman; del diputado Andrés “Cuervo” Larroque; del ex piquetero Luis D’elía; y del iraní Khalil, entre otros.