En una guerra de declaraciones, el Gobierno rechazó el pedido de indagatoria a Cristina Fernández realizado por el fiscal a cargo de la investigación por el atentado a la AMIA.

También vinculó el giro de la causa con un complot entre un "sector de la Justicia", agentes desplazados de la ex SIDE y "grupos de inteligencia internacionales", aunque no los identificó. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró que la denuncia del fiscal Alberto Nisman, que acusó a la Presidenta y al canciller Héctor Timerman de idear un plan para encubrir a los ex funcionarios iraníes involucrados en el ataque a la mutual judía, es "disparatada, absurda, ilógica , irracional, ridícula y violatoria de artículos esenciales de la Constitucional".

"La Presidenta ha sido históricamente una férrea defensora para el esclarecimiento de este hecho dolorosos", señaló el funcionario.

Capitanich vinculó el pedido de indagatoria de Nisman a una "estrategia" para "hostigar" y "desestabilizar" al Gobierno.

"Hay una estrategia de carácter corporativa de algunos miembros del poder judicial con grupos mediáticos concentrados y grupos corporativos económicos, con el objeto de hostigar al Gobierno, generar desestabilización con una clara actitud golpista", afirmó Capitanich, que otra vez no identificó a sus acusados.