Día de furia en Francia: tres yihadistas y cuatro rehenes muertos
Una dramática doble toma de rehenes mantuvo en vilo a Francia tras la masacre del semanario Charlie Hebdo. Al final, murieron tres terroristas pero también rehenes
9 de enero de 2015
En una día de furia para una Francia en tensión permanenten, se produjo una dramática doble toma de rehenes que mantuvo en vilo al país tras la masacre en el semanario Charlie Hebdo.
Al final, concluyó con la muerte de tres yihadistas y cuatro rehenes.
Tras varias horas de asedio, la unidad de élite de la gendarmería dio el asalto en Dammartin-en-Goële, a unos 40 km al noreste de París, en la imprenta donde los hermanos Said y Chérif Kouachi -atacantes del semanario- habían tomado como rehén a un hombre de 26 años desde la mañana del viernes, que fue liberado en el operativo.
Said y Chérif Kouachi, franceses de origen argelino de 32 y 34 años, presuntos autores de la matanza en los locales de Charlie Hebdo que dejó 12 muertos, cayeron bajo el fuego de las fuerzas de seguridad tras salir de la imprenta disparando con sus fusiles kalashnikov.
El rehén fue liberado sano y salvo, convirtiéndose en testigo crucial de las últimas horas de vida de los extremistas, mientras que un miembro de las fuerzas de élite del GIGN resultó levemente herido, precisó la policía.
Casi al mismo tiempo, moría en otro asalto de las fuerzas de élite un hombre presuntamente vinculado a los dos yihadistas, que había secuestrado a varias personas en una tienda kósher en el este de París, mató a cuatro rehenes e hirió a otras siete personas --incluyendo tres policías--, cuatro ellas de gravedad. Algunos rehenes, incluido un niño, fueron liberados sanos y salvos.
El asalto de las fuerzas de intervención comenzó con detonaciones, antes de que varias decenas de agentes ingresaran al supermercado de alimentación judía.
La toma de rehenes fue atribuida por las autoridades a Amédy Coulibaly, delincuente reincidente de 32 años ya condenado en un caso de extremismo islámico y que había conocido a Chérif Kouachi en la cárcel, donde los yihadistas se radicalizaron.
El presidente François Hollande dijo tras el dramático desenlace que Francia supo "hacer frente" pero advirtió que "no ha terminado con las amenazas" que pesan sobre el país.
Desde el atentado contra Charlie Hebdo el miércoles hasta el fin de las tomas de rehenes este viernes, los distintos ataques dejaron en Francia 17 muertos, además de los tres agresores, y al menos 20 heridos.
El presunto secuestrador de la tienda judía era sospechoso de haber matado a una policía y herido a otra persona el jueves en Montrouge (periferia sur de París), según las citadas fuentes.
Los investigadores franceses establecieron la "conexión" entre Coulibaly y los dos autores del ataque al semanario Charlie Hebdo el miércoles.
El canal de televisión BFMTV reveló que en declaraciones efectuadas antes del desenlace, Coulibaly dijo que su acción estaba coordinada con la de los hermanos Kouachi. Además reivindicó ser del grupo Estado Islámico.
A su vez, Chérif Kouachi declaró antes de morir al mismo canal que fue enviado por Al Qaida en Yemen y aseguró que su viaje a esa nación árabe en 2011 fue financiado por el islamista norteamericano-yemenita Anwar al Awlaki, muerto en ese mismo país en septiembre de 2011 en el bombardeo de un dron norteamericano.
Dijo asimismo que su misión era actuar en Francia por cuenta de Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), rama de Al Qaida en Arabia Saudita y en Yemen.
La persecución de los dos hombres tuvo su epílogo el viernes tras 53 horas de intensa búsqueda que conmocionó a Francia y al mundo.
La localidad de 8.000 habitantes de Dammartin-en-Goële donde murieron los hermanos Kouachi es cercana al aeropuerto internacional de París-Charles de Gaulle y vivió el viernes en estado de sitio, con las calles desiertas, los comercios cerrados y los accesos por carretera bloqueados por las fuerzas del orden.
En Washington, funcionarios norteamericanos revelaron que los dos hermanos estaban desde hace años en la lista negra estadounidense del terrorismo, y que Said Kouachi se había entrenado en el manejo de armas en unidades en Yemen en 2011.
Ambos figuraban en la "No Fly List" norteamericana que prohíbe a aquellos que la integran volar hacia o desde Estados Unidos.
Según un automovilista al que le robaron su vehículo, los dos yihadistas reivindicaron su afiliación a la red extremista Al Qaida en Yemen.
Los ataques perpetrados con armas de guerra en pleno centro de París incrementaron la preocupación que generan los grupos yihadistas y que son considerados como una verdadera amenaza por las autoridades occidentales.
"Un grupo de terroristas de Al Qaida en Siria planea atentados de gran envergadura contra Occidente", advirtió el jefe de los servicios de inteligencia británicos (MI5), Andrew Parker.
El ataque contra Charlie Hebdo mató a algunos de los caricaturistas más famosos del país, entre ellos Wolinski, Cabu y Charb, cuyo semanario irreverente publicó a partir de 2006 varias caricaturas del profeta Mahoma que generaron indignación en el mundo islámico. Desde entonces vivían bajo constantes amenazas de muerte.
Cuatro de los once heridos del ataque cuyo estado era considerado grave ya no se encuentran en peligro de muerte, según el ministerio del Interior.
Francia decretó tres días de duelo nacional, en todo el país se enarboló espontáneamente el eslogan de solidaridad "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie).
Los sobrevivientes de la redacción de Charlie Hebdo anunciaron que el próximo miércoles saldrá a la venta una edición especial de un millón de ejemplares de la revista satírica, para la cual comenzaron a trabajar este viernes en los locales del diario Liberation.
Los imanes de Francia fueron exhortados por las grandes federaciones musulmanas a condenar "con la mayor firmeza la violencia y el terrorismo" en sus plegarias del viernes.
Para el domingo se convocaron "marchas republicanas" en toda Francia, en respuesta a un llamado de los principales partidos políticos, sindicatos y asociaciones de las grandes federaciones musulmanas.
Además del presidente Hollande, la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro británico David Cameron y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, confirmaron que asistirán a la manifestación en París. También irán el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Sin embargo, la "gran unidad nacional" proclamada por los organizadores se fisuró con la exclusión de la extrema derecha denunciada por su líder Marine Le Pen.