El sumo pontífice encabezó la ceremonia en la Basílica de San Pedro. Se espera una multitud para el Vía Crucis. Una vez más Francisco vive el Viernes Santo activamente
El papa Francisco ofició el rito de la Pasión de Cristo en la Basílica de San Pedro con la meditación escrita del padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia.
Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.
Fiel a la tradición, el Sumo Pontífice, con los paramentos rojos, se tenderá en el suelo en la nave central en un momento de oración y penitencia. El año pasado, a días de su asunción como Santo Padre, Francisco encabezó esta ceremonia.
Este viernes la cuenta de Twitter oficial del Vaticano difundió un mensaje de Su Santidad: "Seguir de cerca a Jesús no es fácil porque la vía que él elige es la vía de la cruz".
Por la noche italiana, las 18:15 en la Argentina, el papa Francisco encabezará el tradicional Vía Crucis. El ritual partirá desde la colina del Palatino, que se encuentra frente al anfiteatro Flavio, conocido popularmente como el Coliseo romano.
En el Coliseo, elegido en 1964 por el papa Pablo VI para acoger esta celebración como símbolo de la persecución a los primeros cristianos, representantes de la Iglesia, jóvenes y familias de varias nacionalidades llevarán la cruz durante las 14 Estaciones. Cada Estación estará acompañada por las meditaciones que este año Francisco ha encargado escribir al arzobispo italiano de Campobasso, Giancarlo Maria Bregantini.
En las meditaciones, Bregantini afrontará asuntos de actualidad como "las injusticias que ha causado la crisis económica, con sus graves consecuencias sociales: precariedad, desempleo y despidos", como se puede leer en el texto ya publicado por el Vaticano. Habrá un recuerdo a "todas las madres que sufren por sus hijos lejanos, por los jóvenes condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, especialmente por los niños soldados".
Pero también, recordando el sufrimiento de María, se mencionará a las "madres que velan en la noche, con las luces encendidas, temblando por los jóvenes abrumados por la inseguridad o en las garras de la droga y el alcohol, especialmente las noches del sábado".
Meditaciones en las que también se "llorará" por "esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia que llevan dentro" y por todas las mujeres esclavizadas.
Tras el Via Crucis, el Papa pronunciará algunas palabras, pero que como el año pasado serán totalmente improvisadas.