Puede transformarse en la fuerza de choque duro mientras La Cámpora jugaría el rol de movilización de guante blanco. Los riesgos y las estrategias
Sin aviso previo, la organización Quebracho recobró oxígeno en las últimas semanas, siendo funcional al gobierno en lo que mejor sabe hacer: escrachar.
La organización fundada por Fernando Esteche -detenido el 3 de diciembre último luego de que la Corte Suprema dejara firme una condena a tres años y ocho meses de prisión por su participación en el escrache contra el ex gobernador de Neuquén Jorge Sobisch por el asesinado de maestro Carlos Fuentealba- parece haberse alineado con el Gobierno, y así lideró escraches sucesivos a la petrolera Shell, el supermercado Coto y al distribuidora Edesur.
Lo hizo en medio de las tensiones provocadas por la inflación.
El 13 de febrero último militantes de Quebracho protagonizaron un piquete frente a una estación de Shell en Monserrat horas después de que la presidenta acusaba a la compañía de buscar una devaluación.
Luego se produjo otro escrache, contra el supermercado Coto, el 19 de febrero, mientras el gobierno imponía multas a los centros de ventas.
El 26 de febrero, los militantes de Quebracho lanzaron otra ofensiva, sobre Edesur, señalada como principal responsable de la debacle energética de diciembre.
La militancia de Quebracho habría crecido en los último meses, de la mano de fondos llegados desde manos amigas de fuerzas vinculadas con el kirchnerismo.
Habrá que ver si la relación llegó para quedarse o se trata de un 'romance' pasajero.