Ajuste: tras paritarias, más aumentos
El gobierno analiza avanzar sobre el quite de los subsidios a los servicios. El ministro Kicillof ya tiene un plan. Empezará por Capital y Gran Bs As
23 de febrero de 2014
El Gobierno avanza en un esquema de aumento de tarifas que se efectivizará una vez que estén cerradas las negociaciones salariales, y que incluirá fuertes aumento en la luz y el gas.
Las subas, que vendrán con el recorte de los subsidios en servicios como la luz y el gas, no van a ser indiscriminadas, por eso el plan del equipo económico que lidera el ministro Axel Kiciloff es empezar a segmentar los recortes de los subsidios por franjas de ingresos.
Es decir que las quitas más altas recaerían entre los sectores de mayor poder adquisitivo. Esto implicaría, para algunas franjas de usuarios, subas importantes en sus facturas. Hay distintas opciones según la magnitud del ajuste al que se aspire.
Otro punto es que la reducción de los subsidios va a arrancar en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, para las tarifas eléctricas en las áreas concesionadas por las firmas Edesur y Edenor. Si bien, los subsidios del Estado al precio mayorista de la energía eléctrica y al costo del gas importado, tienen alcance nacional.
En total, contabilizando el área del Transporte, los subsidios estatales a sectores económicos alcanzaron -en 2013- unos $134.114 millones. Esto fue 34,3% más que en el año precedente según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
En el incremento se observó una incidencia mayor de los subsidios al sector energético (46,7%), en gran medida por la importación de combustibles. El sector Transporte, en cambio, es el segundo en importancia y creció 10,2%, según el informe.
Claramente, el sector energético es el principal destino de las partidas subsidiadas con $81.405 millones, casi el 81% del total. La mayor parte de ese dinero va hacia Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico, y a la estatal Enarsa.
En ambos casos, la enorme mayoría de los fondos se utiliza para hacer frente a las importaciones de gas y combustibles líquidos para mantener en pie el sistema sin que eso se refleje en la tarifa que pagan los usuarios residenciales. Según cálculos privados, los clientes hogareños sólo pagan 20% de lo que cuesta generar la luz que consumen.