En una desesperada marcha atrás, el gobierno salió a anunciar la flexibilización del cepo cambiario a partir del lunes mismo para permitir la compra de divisa extranjera con autorización de la AFIP, como era hasta julio de 2012, pero con un recargo del 20% que se tomará a cuenta de Ganancias, y decidió retrotraer el recargo a compras con tarjeta en el exterior del 35 al 20%.

La decisión, por ahora, significa un levantamiento a medias del cepo cambiario, pero busca darle algo de aire a un plan económico que había ingresado en situación terminal.

El posible éxito de la medida para frenar la escalada del dólar dependerá de cuánto acepte abrir la canilla el gobierno para la adquisición de divisas, que ahora tendrán un recargo del 20%, a cuenta de Ganancias y Bienes Personales.

Kicillof admitió que la medida impactará sobre las reservas y en el mercado ya especulan que podrían caer hacia una nueva zona de 20.000 millones de dólares en pocos meses, de los 27.000 millones actuales.

También advierten que si el gobierno sigue poniendo demasiadas trabas, la crisis cambiaria continuará e incluso se podría profundizar.

El anuncio llegó de manera sorpresiva y en una conferencia exprés conjunta entre el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

Se anunció que el Gobierno "decidió autorizar la compra de dólares para tenencia y ahorro".

La medida, que significa una flexibilización en las restricciones del polémico cepo cambiario, comenzará a regir a partir del próximo lunes.

Además, el ministro coordinador dijo que el anticipo del impuesto a las Ganancias tendrá una reducción del 35 al 20 por ciento para el comprador con tarjeta en el exterior.

Es decir, aquellas personas que entren al sitio de la AFIP para pedir que le autoricen la compra de divisas tendrá, entre los motivos a ofrecer, el de "atesoramiento". Si logra la autorización, deberá pagar el tipo de cambio oficial (ayer a $ 8) más el 20% en concepto de retención por el impuesto a las ganancias.

El anuncio llegó un día después de que el Banco Central permitiera que el dólar oficial se venda en la City a $ 8,01, lo que significó una devaluación de 12%, la más alta desde que el país abandonó la convertibilidad.

La conferencia matinal que brindó Capitanich tuvo condimentos especiales: por primera vez, se lo vio acompañado por Kicillof, no permitió consultas por parte de los periodistas y leyó el anuncio, que apenas duró menos de dos minutos.

La autorización para la compra de dólares será "de acuerdo al flujo de ingresos declarados", aclaró el jefe de Gabinete. Justificó la medida a que "el Gobierno considera que el precio de la divisa ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica".

Tras sus palabras, Kicillof brindó su versión de la medida, casi increpando a los periodistas que intentaban realizar consultas.

"Miren, los mismos que nos dijeron durante diez años que el dólar valía un peso, son los que hoy nos quieren convencer de que vale 13, así que saquen sus propias conclusiones", aseveró, y se retiró raudamente detrás del jefe de Gabinete.