El secretario General de la Presidencia salió al cruce de versiones sobre su salud y fijo que está "perfecta". Justificó el "bajo perfil" de la jefa de Estado
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, aseguró que Cristina Fernández está "perfectamente bien", y justificó además, el perfil bajo que mantiene desde la vuelta de sus vacaciones y tras la operación a la que fue sometida en octubre: "va hablar cuando considere oportuno hacerlo".
Parrilli no adelantó cuándo será la primera presentación pública de la mandataria en el año. Tras pasar las fiestas en El Calafate, la jefa de Estado recién se dejó ver el martes pasado en la Casa Rosada. Tenía previsto reaparecer al día siguiente en un acto, pero éste finalmente fue encabezado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Quienes vieron a Cristina contaron que estaba distendida. Se la vio con un pantalón bien ancho negro y una camisa blanco tiza, zapatos bajos, sin maquillaje y con sus anteojos de sol puestos al entrar y salir para evitar fotos indiscretas.
Apenas llegó por la explanada de la calle Rivadavia, a las 18.55 subió a su despacho y detrás lo hizo el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, con su habitual carpeta de decretos color bordó bajo el brazo. Esta vez, la pila de papeles que llevaba el funcionario era más abultada que lo normal, como consecuencia del descanso presidencial. La última vez que la mandataria había estado en su despacho había sido el 19 de diciembre, cuando asistió a la ceremonia de ascenso de los integrantes de las Fuerzas Armadas. Al día siguiente viajó a Santa Cruz.
El único funcionario ajeno a la Casa Rosada que pasó a verla en la Casa de Gobierno fue el ministro de Economía, Axel Kicillof, que se reunió con la jefa del Estado y con Capitanich. Como es su costumbre, la Presidenta aprovechó para visitar a algunos ministros con despacho en Balcarce 50, como Florencio Randazzo. Pasadas las 21, acompañada por Parrilli, se retiró de la Casa de Gobierno.
Pese al bajo perfil, la Presidenta se mantuvo activa en los últimos días. Ella dio por finalizada la interna que se abrió en el Gobierno por las idas y venidas ante el anunciado proyecto de aumentar el impuesto a los bienes personales: ordenó a Kicillof negar públicamente que en sesiones extraordinarias en el Congreso iba a tratarse el proyecto que habían anticipado Capitanich y el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray.