El economista dijo que la opción de corrección gradualista necesita contar con "metas explícitas" y aplicarse con férrea "decisión política", una decisión que "no se ve"
Identificado con el modelo económico de flotación del tipo de cambio y administración del comercio aplicado desde el 2002, el economista de Eduardo Curia sorprendió al alertar que la coyuntura económica podría terminar reeditando un Rodrigazo, uno de los ajustes más brutales de la historia argentina aplicado en 1975 durante el gobierno peronista de Isabel.
Curia dijo comprender la alternativa de política económica con que el Gobierno intenta salir de errores cometidos en el bienio 2010/2011, pero advirtió que si el intento de realinear variables de manera paulatina fracasa, "el mercado impondrá el shock de ajuste", al que, dada la coyuntura actual, imagina como una reedición del "Rodrigazo".
El economista, uno de los principales detractores de la convertibilidad en los 90, se mostró "escéptico" sobre las posibilidades de éxito de la nueva receta oficial.
"No hay dudas de que habrá un salto importante en el gasto público consolidado difícil de estimar, porque esto va a derramar sobre el resto de los reclamos. Desata una puja en el momento más complicado", advirtió en declaraciones a La Nación.
Curia dijo que "imaginaba esta disputa para dentro de unos meses, con la paritaria docente. Pero que haya arrancado de facto antes y con estos resultados sin dudas complica la ejecución de un plan gradualista, como el que intentan, porque reactiva el riesgo de otro ajuste impositivo, especialmente en las provincias, que derive más costos sobre el sector privado en momentos en que la presión fiscal ya es muy elevada, lo que puede abortar cualquier intento de reanimar la economía, sin mencionar sus otras posibles implicancias".
"Estamos viendo una aceleración inflacionaria a la que, muy posiblemente, la aceleración de la pauta devaluatoria le esté agregando presión. Todo el mundo sabe que el Gobierno va a devaluar más rápido si trata de adelantarse o cubrirse; remarcan, porque saben que los costos de insumos y servicios irán en alza. Eso, a su vez, hará más complicadas las próximas paritarias. Es una dinámica muy compleja, más si no se hace el esfuerzo de cortarla", sostuvo Curia. Sugirió aplicar un "tratamiento de shock, lo que supondrá estar dispuestos a pagar elevados costos políticos y sociales en la primera etapa".
Curia consideró que tras el cómodo triunfo del oficialismo en el 2011 "era el momento adecuado de realinear las variables. Pero se decidieron por apostar al retraso cambiario, y ahora es tal el golpe devaluatorio que habría que hacer para que la devaluación corriente quede más arriba que la devaluación esperada que es imposible". Dijo que esto lleva a "la segunda mejor opción, que es el gradualismo. Plantear metas fiscales, monetarias y cambiarias con tasas de interés algo más altas que la tasa de devaluación que ejecutes, para tratar de devolverle atractivo al peso mientras recupero paridad. Pero cuidado: para que sea viable tenés que hacer públicas las metas, comprometerte con ellas y mostrar cohesión y férrea decisión política. Porque si esto falla, espera el Señor Mercado. Y tomando en cuenta el natural fervor reclamacionista al estilo 75, si eso pasa, reeditaremos un Rodrigazo".
Para Curia, la Argentina cayó en una crisis económica porque "las opciones que ha manejado la política fueron incorrectas".