Era intervenido en el Hospital Austral. Tenía 83 años. En 2006 ganó unas elecciones claves en Misiones que evitó ideas reeleccionistas
El obispo emérito Joaquín Piña, de 83 años, falleció hoy mientras era sometido a una intervención cardíaca en esta ciudad, en una noticia que causó mucha conmoción entre sus fieles y personas que tuvieron la suerte de conocerlo y tratarlo.
Piña había sido internado el domingo en grave estado en el Hospital Austral, después de haber sido trasladado de urgencia desde la provincia de Misiones.
El religioso fallecido hizo casi toda su carrera sacerdotal en Paraguay, hasta que en 1986 fue designado obispo de Puerto Iguazú, y desde allí en su rol pastoral tuvo una fuerte influencia sobre su comunidad
El religioso, quien ya se había retirado de su cargo por la edad, derrotó en 2006 por más de doce puntos al gobernador misionero Carlos Rovira quien, con el apoyo del presidente Néstor Kirchner, pretendía modificar la Constitución de la provincia, para lograr la reelección indefinida.
Con su perfil humilde, de religioso de pensamientos firmes y sin temor a callarse, fue la bandera de la anti re re elecciones eternas que el mismo condenó como un "acto de corrupción".
El efecto de su triunfo hizo cambiar de posición de Kirchner que hasta obligó a gobernadores con sueños de "eternización" a bajarse de ese proyecto como el caso del ex gobernador bonaerense, Felipe Solá y el de Jujuy, Eduardo Fellner, entre otros
De raíz jesuita como el papa francisco valoró mucho la llegada de Jorge Bergoglio al Vaticano y con su mirada sin filtro lo llevo a sostener definiciones muy concretas sobre la relación de la Iglesia y el poder.
"Siempre digo que si queremos ser fieles al evangelio de Jesús debemos decir las cosas como son. Bergoglio siempre decía las cosas y claramente eso al Gobierno no le gustaba. A ningún gobierno le gusta que se hable de que hay pobreza y corrupción", dijo en aquel momento
También definió: "A Jesús no lo mataron porque era bueno y hacía milagros, lo mataron porque decía las cosas que a los que gobernaban en aquel momento no les gustaba. Ahora a la Presidenta no le ha quedado otra que ser más diplomática, en otro momento no lo ha sido tanto".