Thomas Roberts, uno de los presentadores de la cadena norteamericana, reveló que en su infancia sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote que había sido su guía
En una muestra de valentía, el periodista lo relató en primera persona en el sitio en inglés de la emisora CNN.
Las palabras de Roberts revelan momentos y situaciones que conmueven con sólo imaginar su calvario.
La difusión del caso del periodista de la mencionada cadena televisiva se produce en momentos en que no merman las denuncias y apariciones de casos de sacerdotes, maestros, instructores y otros adultos que abusan de chicos y adolescentes a los que tienen a su cuidado.
Tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo los casos brutales de abusos y violaciones a niños sacuden permanentemente las conciencias de las adultos y de las autoridades, que no logran frenar por completo uno de los delitos más aberrantes que puedan concebirse.
La siguiente es la transcripción del relato, cuya versión en inglés puede encontrarse en el portal de la cadena norteamericana:
"He sido abusado sexualmente desde los catorce años. Los abusos duraron cerca de tres años y me llevó 20 años juntar las fuerzas para poner a mi atacante detrás de las rejas.
Ahora, a un año de que se hiciera justicia, estoy listo para contar públicamente todo", comentó el presentador.
"Mi abusador fue un sacerdote de mi colegio secundario, Jeff Toohey, quien fue una celebridad religiosa en la escuela privada a la que concurría en Baltimore. El padre Toohey fue amigo de todos mis compañeros y mentor de muchos; yo mismo lo consideraba mi mentor.
Cuando mis padres se divorciaron, me enviaron junto a mi padre durante un tiempo, era tan sólo un niño por esa época.
Todo lo que tenía era mi familia y mi colegio, pero mientras mi familia se rompía, mi vida escolar también se desvaneció.
Después de que comenzaron los abusos, la secundaria se volvió una prisión, un tormento lleno de mentiras y vergüenza.
Me sentía atrapado, mis padres se hubieran horrorizado al saber que su fracaso matrimonial puso en riesgo a su propio hijo de ser abusado sexualmente y que el hombre que abusaba de mí era el sacerdote en el que ellos confiaban", detalló el periodista.
"El colegio nunca me hubiera creído, yo pensaba y temía ser expulsado de la escuela si revelaba los abusos a los que estaba siendo sometido, lo único que pensaba era en que no nunca podría revelar mi verdad.
Al mes de ser abusado intenté suicidarme, tomé unas pastillas de un frasco de mi madre, me las tomé todas y quedé tirado en mi cama esperando morirme, pero mi hermana me encontró y me salvó la vida.
Mis padres se enojaron mucho por lo que hice; el padre Jeff me dijo en esa oportunidad “tenés tantas razones para vivir”, me sentí desolado, no tenía a quién recurrir.
En una oportunidad, otro compañero me confesó que había sido abusado por el padre Jeff, supe -en ese momento- que lo podía ayudar, pero no me animé a confesarle mi verdad. A él nadie le creyó y su caso fue suspendido en la corte.
Recién veinte años más tarde desde que comenzaron mis abusos, me volví lo suficientemente fuerte como para contar mi verdad, así que fui y lo dije en la diócesis, y también lo llamé a mi compañero y le pedí perdón por no haberlo ayudado en el momento en que él había pasado por lo mismo.
Juntos pudimos, finalmente, ver a nuestro abusador admitir sus crímenes", señaló.
El padre Jeff fue sentenciado a cumplir diez años de prisión por casos de abusos infantiles y admitió su culpabilidad en la corte. Pero solamente estuvo cinco años en la cárcel tras ser beneficiado con arresto domiciliario durante diez meses.