El superhéroe regresa para salvar al mundo, de la mano del director de Batman, Cristopher Nolan. Mucha acción y grandes efectos
En esta moda de regreso de los superhéroes al cine no podía faltar uno de los más famosos, quizás el icono el cine, quien ya recorrió todo el camino ya hora tiene que reinventarse. Superman, el hombre de acero está de regreso con este afán de salvar al mundo sin que nadie se lo pida.
Para reconstruir a un personaje que en el cine apareció hace 70 años y que en los setenta y ochenta tuvo su secuela más exitosa con seis películas que protagonizó Cristopher Reed, había que buscarle la vuelta para un relanzamiento que no quedara en el ocaso como sucedió en 2006, con "el regreso", que pasó sin pena ni gloria.
Y para este desafío buscaron a la persona correcto, se trata del director Christopher Nolan, el que reinventó a Batman con tu trilogía, acá convertido en productor y diseñador del nuevo Superman.
Fiel a su estilo, como ya lo hizo con el encapotado, mete mato en la historia, sin perder la esencia, pero lo carga de simbolismos, de nuevo enemigos, de culpas, de idas y vueltas al pasado para hacer de Clark kent un tipo complejo, lo que cuesta eso ya que es un personaje de esos que son "mas buenos que el pan".
Superman no tiene esas culpas que acechan a Batman , ni los conflictos de IronMan, ni la rebeldía contradictoria de Spiderman: el hombre de acero nació bueno y va a subsistir siempre bueno, sin conflictos mas que ser eternamente invencible.
En esta nueva historia, el superhéroe va poco a trabajar la diario el Planeta, si se pretende verlo en su tares de cronista o movilero, habrá que esperar a la segunda parte, y tiene a sus enmigos a sus propios ex conciudadanos de Krypton, que ahora llegan a la Tierra para hacerla propia.
En esta versión, el héroe es una alegoría de Jesús (tiene 33 años, aguanta humillaciones, es “el ángel guardián”, es quien salvará a la humanidad y debe “potenciar a los hombres de bien”, pregunta por qué Dios lo hizo así, pero acepta su destino) y en la última hora pelea contra otros extraterrestres, ex compatriotas del desaparecido Kryptón, como si ésta fuera otra película de Transformers.
El elenco es particularmente especial: Henry Cavill, de la serie “The Tudors” y el primer actor británico en interpretar al héroe americano por excelencia, se pone el traje renovado (los toques de diseño de los nuevos trajes son un must de las nuevas versiones de cualquier superhéroe, que está obligado a desprenderse de calzas y mallas pasadas de moda) para encarnar a un nuevo Superman.
Casi como un juego casual, su padre biológico en Krypton, Jor-El, está interpretado por Russell Crowe, el actor de “Gladiador” mientras que su padre adoptivo en la Tierra está encarnado por Kevin Costner (fue otro tipo de héroe cuando interpretó a Eliot Ness en “Los intocables”).
Amy Adams le pone el cuerpo a Luisa Lane y Laurence Fishburne es el jefe de Clark Kent en el diario en el que trabaja, el Daily Planet. Esta vez, los villanos son compatriotas kryptonianos: el General Zod (Michael Shannon) y Faora (Antje Traue).
La trama se sostiene a partir de pequeñas grandes escenas de acción y/o tensión, casi de catástrofes, sea la explosión de una torre que busca petróleo en el océano, un ómnibus escolar cayendo a un río, un tornado.
Así, este Superman que casi ni se lo nombra así tiene aún mucha tela por cortar, y parece que regreso a la pantalla, ya no para salvar al mundo, sino para pararse delante de tanto competición de otros héroes para decir: "vengo a reclamar mi lugar de número uno"