La presidenta defendió la obra pública en Santa Cruz, criticó a quienes "palos en la rueda" y al gobernador Peralta. Pero dejó entrever el riesgo de que sin ella, el modelo decaiga
La presidenta Cristina Fernández sostuvo hoy lo que ya todo el mundo sabe: que no es "eterna", y aseguró que no está en su planes serlo -sin advertir que el 10 de diciembre de 2015 termina su mandato- al tiempo que defendió fervientemente las cuestionadas obras públicas en al provincia de Santa Cruz.
"Cuídense, argentinos. Yo no soy eterna ni lo quiero ser. Siempre pueden decir 'esto anda mal, que vuelva nuevamente a las manos privadas', dijo desde la localidad de Las Heras, en esa provincia, la jefa de Estado, dejando entrever que por ahora ella es la única garante de las medidas impulsadas por su cuestionada administración.
Tras elogiar la obra pública en su provincia reclamó que nadie "pongan palos en la rueda" para gobernar, y subrayó que "el trabajo y la caja no pueden tener ni partido ni ideología".
Estas declaraciones llegaron a horas de que Jorge Lanata, en Periodismo Para Todos, denunciara que el ministro de Planificación Julio De Vido era "el cajero" de los negocios turbios con Lázaro Báez, principal adjudicatario de la obra pública de Santa Cruz.
"No hay un sector privado mejor que el público ni el público mejor que el privado, hay buenos gestionadores en los dos lados; demos el ejemplo entonces, desde aquí de Santa Cruz", indicó Cristina.
La jefa de Estado pidió "demostrar que no podemos matar a la gallina de los huevos de oro, hay que cuidarla todos los días. Quiero pedirles a los santacruceños que me ayuden, porque es muy dificil la tarea que tengo que llevar adelante como Presidente".
También criticó al gobernador Daniel Peralta e hizo una fuerte defensa de la etapa de Kirchner como gobernador.
"Hicimos rutas, caminos, aeropuertos, infinidad de cosas y lo hicimos a partir de una convocatoria amplia, no importaba donde militabas, lo que importaba era que Santa Cruz fuera para adelante", señaló.