El obispo emérito de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, destacó la valentía del papa Francisco de decir, en su momento, cosas que "al Gobierno no le gustaban", y señaló que a partir de la llegada de Bergoglio al Vatican,o a la presidenta no le quedará otra que "ser diplomática"

"A la presidenta Fernández no le queda otra que ser diplomática cuando antes no lo ha sido tanto", señaló Piña, en declaraciones radiales.

El obispo fue responsable en 2006 en Misiones de hacer naufragar el primer intento de reelección indefinida de un gobernador alineado al kirchnerismo, y compartió con el Sumo Pontífice las aulas del Colegio Máximo de San Miguel, donde estudian los jesuitas.

"Siempre digo que si queremos ser fieles al evangelio de Jesús debemos decir las cosas como son. Bergoglio siempre decía las cosas y claramente eso al Gobierno no le gustaba. A ningún gobierno le gusta que se hable de que hay pobreza y corrupción", enfatizó.