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Niegan vínculo de Bergoglio con la dictadura
Lo aseguró el Premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel. Sí consideró que no tuvo el "coraje de otros obispos de acompañar la lucha por DDHH"
14 de marzo de 2013
Mientras desde la usinas kirchneristas salieron a vincular al nuevo papa Francisco con la última dictadura, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel lo negó, aunque sí señaló que "Bergoglio no tuvo el coraje suficiente de otros obispos para acompañar nuestra lucha por los DDHH durante la dictadura".

"Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no", declaró Pérez Esquivel en una entrevista con la cadena BBC Mundo, rechazando las versiones operadas desde la Casa Rosada a través de sus diarios satélites como Página/12. Pérez Esquivel dijo que "a Bergoglio se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas".

"Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes, y no se les concedía", sostuvo el Premio Nobel de la Paz 1980.

La cadena británica cita que los cuestionamientos a Bergoglio tomaron mayor envergadura cuando “el diario Página 12 publicó en 2010 un informe en el que se lo acusaba de haber colaborado con las autoridades de la época".

Y agrega que el periodista Horacio Verbitsky -principal operador de Cristina Fernández sobre la opinión pública, "recogió testimonios de personas que aseguraron que, mientras era superior de la congregación jesuita en Argentina, Bergoglio había retirado su protección a dos sacerdotes de su orden que realizaban tareas sociales en barrios marginales".

Los dos religiosos -Orlando Yorio y Francisco Jalics- fueron detenidos en mayo de 1976 y permanecieron en cautiverio durante cinco meses en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) hasta que fueron liberados.

En su libro autobiográfico "El Jesuita", publicado en 2010, Bergoglio rechazó las acusaciones: "Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas".