Tigre logró un gran triunfo en el Nuevo Gasómetro y derrotó al local San Lorenoz por 1 a 0 y le ahogó el optimismo que había conseguido tras la victoria ante River, la semana pasada.

El Matador ganó con un gol de penal de su estrella Rubén Botta y después supo como defender esa ventaja lograda en el primer tiempo.

En esa etapa prevaleció más la fricción y el juego brusco que el buen trato del balón, y allì, San Lorenzo fue más profundo.

Sin embargo, en la primera clara que tuvo el Matador, Mauro Cetto tocó el balón con la mano dentro del área azulgrana y árbitro Cevallos no dudó: amarilla y penal.

Con la calidad que lo caracteriza, Rubén Botta le pegó suave a la derecha del árquero, mientras Migliore eligió el otro palo.

A San Lorenzo, le costó reaccionar. Recién en la segunda parte volvió a dominar el balón, pero otra vez le costó acercarse a los tres palos defendidos por Javier García.

Tigre hizo su negocio y se fue muy satisfecho del Bajo Flores. Porque además de los puntos, encadenó su tercera victoria consecutiva (venía de ganarle a All Boys por el torneo local, y a Palmeiras por la Libertadores ) y, como suele decirse, no hay nada mejor que triunfos para levantar el ánimo.